Editorial

Una caravana más

La noche del martes y la madrugada del miércoles anterior partió hacia los Estados Unidos una nueva caravana de migrantes. La salida de este nuevo grupo, que está integrado por familias completas incluidos niños de meses de nacidos, coincide con un nuevo anuncio del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de enviar más militares para proteger su frontera.

Definitivamente, da dolor ver cómo los hondureños siguen alistándose en esas caravanas sin importar el riesgo que conlleva el largo camino; los anuncios de Trump de que no los quiere en su país y los informes de la prensa internacional de que muchos de ellos, en el tortuoso camino, están siendo víctimas de secuestro, trata, violaciones, entre otros vejámenes.

También impresionan las estadísticas del número de familias que han sido detenidas entre octubre de 2018 y marzo de 2019 por la Patrulla Fronteriza. Están hablando de 72,700 familias que han logrado llegar a la línea fronteriza.

Sin duda que es una crisis que antes de preocupar las autoridades estadounidenses -y sin entrar en análisis de quién o quiénes están promoviendo las mismas o si el presidente Trump está manipulando el tema migrante para potenciar su campaña reeleccionista-, debe llamar la atención de las autoridades hondureñas y actuar de inmediato para frenar ese flujo migratorio, abriendo, antes que nada, las oportunidades de empleo que demandan los hondureños y hondureñas que por la falta de oportunidades en la tierra que les vio nacer, se ven obligados a ir en busca de las mismas
a otras tierras.

Pero deben ser acciones concretas, hay que actuar con celeridad. Que no queden en papel mojado todas aquellas iniciativas anunciadas por los funcionarios hondureños con bombos y platillos hace tan solo un par de meses, así como los programas que el gobierno de los Estados Unidos ha anunciado para los países del Triángulo Norte.