Editorial

Masacre ecológica

Los incendios forestales están acabando con los pocos bosques que le quedan al país. Honduras literalmente se está quemando, y a los hondureños parece no importarnos.

Las cifras del Instituto de Conservación Forestal (ICF) son alarmantes. un informe del organismo publicado esta semana por EL HERALDO reveló que el 91% de los incendios forestales que han afectado el país este año son provocados por mano criminal. La misma fuente dijo que entre el 1 de enero y el 8 de marzo llevaban registrados 162 incendios forestales, que habían destruido 5,407 hectáreas de bosques.

En el Municipio del Distrito Central arden -sin piedad- los bosques de El Picacho, El Chimbo, La Tigra y El Hatillo, que conforman el principal pulmón de la
capital hondureña.

Pero el mismo panorama se extiende por todos los departamentos del país, donde da tristeza e impotencia ver como el fuego destruye los árboles de las principales
reservas forestales.

Sin duda estamos frente a una masacre ecológica con consecuencias graves para las comunidades donde los fuegos se producen y para el país.

El fuego está destruyendo las fuentes de agua, la flora y la fauna. Las enfermedades respiratorias van en aumento, en fin, las consecuencias para la salud humana y para las finanzas del Estado son incalculables.

Y si bien los miembros del Cuerpo de Bomberos y de otros organismos de defensa de los bosques hacen hasta lo imposible por frenar los incendios, eso no es suficiente.

Se requiere que el Estado y la ciudadanía asuman su responsabilidad frente a lo que sucede y emprendan de inmediato acciones encaminadas a frenar este ecocidio. Hay que denunciar a los pirómanos, hay que judicializar a quienes ponen en riesgo el ecosistema y la vida de los demás, y tomar conciencia de que la responsabilidad de preservar la naturaleza es de todos.