La trata de personas es un delito en crecimiento en Honduras, un delito de lesa humanidad que desgraciadamente afecta a grupos poblacionales altamente vulnerables, principalmente a niños, niñas, adolescentes y mujeres de escasos recursos económicos.
Lo anterior quedó reflejado en el “Estudio de conocimientos, percepción e identificación de víctimas de trata de personas en Honduras”, realizado por el Centro Nacional de Investigación de Opinión (NORC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Chicago. Los resultados son alarmantes, sin duda una mala noticia para el país.
Aunque no hay cifras sobre el número de personas que estarían siendo víctimas de estos delitos y de estas redes criminales en la actualidad, el informe revela que cada mes por lo menos 14 personas, en su mayoría de entre 14 y 16 años de edad, son víctimas de trata en Honduras.
Destaca que las mujeres están siendo víctimas de explotación sexual y laboral, mientras que los hombres se encuentran expuestos a la explotación laboral y crimen forzado.
La investigación concluyó que las víctimas de explotación sexual son principalmente las niñas de 13 a 15 años de edad, quienes fueron engañadas con promesas de trabajo u otras razones, generalmente por amigos o familiares, y que son obligadas a “trabajar” en los sitios turísticos.
Esperemos que los resultados de este estudio no sean engavetados y sirvan a las autoridades correspondientes para el diseño y desarrollo de políticas públicas y otras estrategias de acción que conlleven a combatir de manera efectiva esta situación que pone en vulnerabilidad a un importante sector de la sociedad, principalmente las mujeres y los niños de escasos recursos económicos. Es obligación del Estado trabajar en identificar y desmantelar esas redes que por años han actuado impunemente en el país y llevarlos ante la justicia.
