Hoy inician las 27 horas de amor más intensas de los hondureños y hondureñas.
Son 27 horas en las que toda la ciudadanía, sin distingos de color político y condición social, vuelve sus ojos y tiende sus manos a sus hermanos más necesitados, a las personas que viven con discapacidades físicas.
La Teletón es la obra de amor más intensa en Honduras. Una obra fundamentada en la promoción de los derechos humanos con igualdad de oportunidades a las personas que viven con discapacidades físicas.
En este 2018 se cumplen los primeros 31 años de esa carrera solidaria que partió de la meta con la constitución de la Fundación Teletón en 1987 y la inauguración de sus tres primeros centros en 1990 en Tegucigalpa, San Pedro Sula y Santa Rosa de Copán.
En 2002, los servicios se extienden a la ciudad de Choluteca, en la región sur, y en 2009 a la ciudad de Catacamas, en Olancho. En 2017 se puso a funcionar el Centro de Rehabilitación Integral de La Esperanza, en Intibucá.
Son servicios que se prestan bajo los principios básicos de la no discriminación de las personas que buscan sus servicios por ningún motivo, sea de edad, género, raza, condición civil o económica.
Desde su primera atención al día de hoy, la Teletón contabiliza casi 10 millones de atenciones, lo que dimensiona la calidad de trabajo y apoyo a quienes más lo necesitan.
Pero todo lo que se ha hecho hasta ahora no se hubiera logrado sin el apoyo de un pueblo solidario como el hondureño, que se ha convertido en su base más sólida para trascender en el tiempo.
Un pueblo que ha mantenido inalterable su apoyo aún en medio de las tempestades naturales y políticas que le han golpeado con el paso del tiempo.
Y hoy no será la excepción.
La Teletón abre nuevamente sus puertas para que todos los hondureños y hondureñas volvamos a decir presente, porque “Todos somos Teletón”, porque todos sabemos que podemos contar con Teletón cuando lo necesitamos.