Editorial

La Ley de Adopción y la familia

El Estado hondureño está dando un paso importante en el tema de las adopciones de menores al impulsar la aprobación de una ley que busca regular, agilizar y transparentar los procesos en los que se ven involucrados centenares de niños y niñas que por diversas circunstancias en sus cortas vidas se encuentran en situación de orfandad.

Es urgente que el país regule estos procesos para evitar (y enfrentar) ciertos negocios y delitos que generalmente se asocian a estos procesos, tales como las redes y personas sin escrúpulos que utilizan la vida de los niños y niñas para la venta, tráfico y trata de personas, así como la explotación sexual y comercial.

Si bien la familia es el mejor espacio para que un niño o una niña crezcan, no se debe desconocer que a quienes no tienen esa oportunidad se les debe abrir las mismas y bajo reglas estrictamente claras y transparentes.

Es por eso que las leyes de adopción deben dejar claramente establecidas las reglas de estos procesos y cerrar todas las rendijas a personas inescrupulosas que en el futuro quieran utilizarlas para seguir haciendo sus sucios negocios.

La adopción debe estar marcada por el respeto a los pequeños que esperan por una familia que les dé un hogar digno y las oportunidades de desarrollarse en la vida.

Por eso es que desde el Estado se debe asegurar adecuadas y correctas adopciones, con los mecanismos ágiles y sobre todo transparentes para evitar que se hagan inscripciones falsas, evitar que los niños y niñas caigan en poder de las redes de traficantes y trata de personas, o de explotación sexual y comercial. La nueva ley debe garantizar la protección de los menores con base en los estándares normativos nacionales e internacionales, principalmente con la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y las Niñas, solo así se garantizará a esta población la seguridad necesaria para aspirar a una vida digna, ya sea en el país o en el extranjero.

La adopción no debe verse más como un acto de caridad, sino más bien como la oportunidad para que los niños y niñas puedan volver a tener la oportunidad de tener una familia.