La intervención de la Cooperativa Mixta de Mujeres Unidas Limitada (Comixmul) a raíz de la insolvencia producto de las irregularidades por las que están señalados varios exdirectivos nos pone ante a otro caso de corrupción dentro del sistema financiero hondureño.
Esta asociación surgió hace 32 años en Siguatepeque, impulsada por vendedoras de fruta, verduras y achinería con la misión de contribuir al desarrollo de mujeres empresarias y emprendedoras. De hecho, la mayoría de sus afiliados, unos 30 mil en total, son mujeres, quienes fueron traicionadas por un grupo que actuó contra los principios de responsabilidad, solidaridad e igualdad del cooperativismo, haciendo piñata con los fondos de depositantes y acreedores.
EL HERALDO puso en evidencia los actos de corrupción develados en un informe de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNSB) del 2014-2015 y actualizado por la Superintendencia de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Consejo Superior de Cooperativas (Consucoop).
Según las investigaciones, la Comixmul cayó en la insolvencia al grado de no tener capacidad para cubrir los más de 300 millones de lempiras de los ahorrantes y más de 900 millones de deuda a organismos nacionales e internacionales.
Fue el Consucoop que pidió al Ministerio Público asegurar al menos 51 bienes inmuebles, muebles y cuatro sociedades mercantiles de los imputados que solo en el cobro de una comisión de 5% se apropiaron de más de 49 millones de lempiras. Siete exdirectivos fueron acusados solo por esa línea de investigación.
Pero la dilapidación de fondos ha sido tal que solo en honorarios legales se han pagado más de 48 millones de lempiras.
A raíz de la intervención de que es objeto la cooperativa se espera lograr su recuperación o, en última instancia, proceder a la liquidación forzosa, un precedente nefasto que mina la confianza y credibilidad, que son el capital más valioso de las instituciones financieras, en particular de las cooperativas cuyo propósito es el de lograr el bien común.
