Editorial

Saneamiento y contaminación

La contaminación del aire que días atrás abordábamos en este espacio editorial no solo tiene entre sus causas los incendios forestales, que han dejado una espesa capa de humo, sino también la basura que se desborda en la capital.

Y es que como publicamos este lunes en nuestras páginas de Metro, hay sectores donde los habitantes respiran olores fétidos producto de la basura al aire libre y la expuesta en más de un centenar de botaderos ilegales que nos exhiben como una ciudad, además de desordenada, sucia y maloliente.

Si para los vecinos es desagradable aspirar el olor que despiden detritos y otros contaminantes, imaginemos la impresión que se llevan los turistas y visitantes que se adentran para conocer la “otra capital” que no aparece en las guías turísticas.

En esta mezcolanza de hediondez, el río Choluteca que recorre la ciudad destaca tristemente. Y es que en lugar representar un atractivo natural que pasa por puentes históricos de Tegucigalpa y Comayagüela, es uno de los mayores botaderos de desechos sólidos y orgánicos provenientes del sector residencial e industrial.

Como si la pestilencia no fuera suficiente, los vecinos se exponen también a problemas de salud a causa de este foco de contaminación.

Una de las causas es que la única planta de tratamiento que funciona, de las dos que hay en la ciudad, solo sirve para el 17% de las aguas residuales que se generan.

Es importante recordar que en 2007, cuando se inauguró la primera planta de tratamiento, se hablaba de la necesidad de contar con cuatro más para cubrir todas las aguas residuales, pero han pasado más de diez años y estamos peor, si tomamos en cuenta que desde entonces la población casi se ha duplicado.

Es urgente un plan de saneamiento básico en la capital donde, además, diariamente se generan 800 toneladas de basura y el relleno sanitario está colapsado. Pero también es imperativo adoptar medidas preventivas y punitivas ante los hábitos contaminantes de los pobladores que empeoran el grave problema de insalubridad que muestra la cara más fea de nuestra ciudad.