Columnistas

Las mil y una modalidades de la corrupción

Vestida de civil o de uniforme, pública o privada, convertida en auténtica pandemia que infecta, enferma, mata tanto vidas como esperanzas por igual, se consolida vertiginosamente protegida con blindaje impune.

El ratero individual se ha transformado en socio y aliado de los capos del narcotráfico en simbiosis de complejas y poderosas redes con tentáculos en múltiples niveles del aparato estatal, en el proceso empobreciendo cada vez más a nuestra Honduras y su pueblo.

El Consejo Nacional Anticorrupción nuevamente aporta a la conciencia y bibliografía nacional otro libro, intitulado “Ópticas de la corrupción”, contentivo de ensayos tanto de carácter retrospectivo como actual acerca de este mal social y político que saquea fondos colectivos transfiriéndolos a círculos y alianzas partidarias, en contubernio con testaferros, intermediarios financieros, funcionarios judiciales, legisladores, policías, militares, acumulando cuantiosas e instantáneas fortunas, obviamente mal habidas y con mínimo de esfuerzo.

La obra aquí enunciada consta de 30 ensayos escritos por profesionales hondureños de diversas carreras académicas quienes analizan desde sus especialidades las diversas facetas de este flagelo secular: antecedentes, en la administración pública, el Congreso, medios masivos de comunicación, sector privado, su impacto en las comunidades indígenas y afrodescendientes, en lo económico, financiero, judicial, penal.

Su lectura debe ser obligatoria para todo ciudadano(a) deseoso de análisis multidisciplinarios, para una toma de conciencia y a partir de esa instancia, contribuir de maneras diversas: denuncias, marchas y protestas colectivas, a exponer y debilitar el enriquecimiento ilícito y el parasitismo social.

Tal como señala la abogada Gabriela Castellanos, directora ejecutiva del CNA: “Por eso hay que leerlo, no hay otro método en nuestro ordenamiento jurídico-moral para obtener que este requisito se cumpla; leerlo es el mejor medio de prueba aceptada por la ley de la justicia decente; leerlo es la prueba que garantiza la verdad; leerlo es la obligación reparatoria del daño moral; leerlo es un recurso de casación ante los señores ladrones; leerlo es un fallo definitivo para recobrar la libertad que nos han robado; leerlo es nuestra constancia de antecedentes penales; leerlo es validar una sentencia contra los corruptos”.

Necesaria advertencia: “Este libro tiene más contenido moral que el Código Penal, así que léalo, antes de que se lo roben.” Una vez leído, hágalo circular para una máxima difusión por los cuatro puntos cardinales de la patria.

Esta obra, esfuerzo colectivo de compatriotas que rechazan la corrupción e impunidad, en sus múltiples variantes, no será la última auspiciada por el CNA, vendrán otras en el curso del próximo año, por nuevos contribuyentes, hastiados de este mal que reduce nuestra Honduras a la categoría de narcoestado viviendo de la caridad internacional. Así que, lectores, estén atentos y pendientes.