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La presidenta Xiomara y los pobres

Poner fin o reducir notablemente la pobreza en todas sus formas en Honduras es el gran desafío y mayor objetivo del gobierno de la presidenta Xiomara Castro. Por lo tanto, es necesario unirnos orientando esfuerzos juntamente con la empresa pública y privada, organismos internacionales y el pueblo mismo, especialmente los que se encuentran en la línea de la pobreza e indigencia, para construir la plataforma impulsora que saque al pueblo de la pobreza. Algunas autoridades e intelectuales hondureños a través del tiempo han manifestado que el pueblo pobre y en extrema pobreza tiene baja autoestima.

La presidenta Xiomara y los pobres dando a entender que la causa de la pobreza e indigencia es la baja autoestima, desestimando las malas políticas sociales y la corrupción de gobiernos liberales y nacionalistas.

Existen millones de hondureños que viven en la pobreza e indigencia, que sin ayuda directa y oportunidades reales de generarse ingresos se mantendrán allí. Emitir juicios señalando a la gente pobre carecer de autoestima o tenerla baja, cuando no tienen comida, salud, educación y viviendo en condiciones infrahumanas, es apreciación inapropiada. Ellos como todos los seres humanos necesitamos ayuda y oportunidades.

En este sentido, es vital establecer programas sociales agresivos y sostenidos con personal idóneo y capaz para poder, en primer lugar, quitar el hambre, supliéndoles el alimento. Es urgente poner en la bolsa de esta gente pobre e indigente dinero y garantizarles su bolsa de comida, hasta un nivel de estabilización física y mental que fortalezca el mismo espíritu, solamente así su autoestima comenzará a fortalecerse y paso a paso las mismas familias se independizarán de los programas sociales.

En lo cotidiano, las familias pobres e indigentes son visitadas por el hambre, la falta de agua potable, la falta de salud, la falta de educación y la exclusión social. La influencia de la autoestima en esos momentos es poca o nula, porque están caminando en la línea de muerte o vida. En este caso, lo primordial y natural es resolver el problema de comida y evitar que mueran de hambre los más vulnerables, los niños y los ancianos.

La autoestima se empieza a formar a partir de los mensajes que recibimos cuando somos niños, el nivel de la autoestima es conforme a nuestra manera de pensar y es modificada cambiando nuestra manera de percibirnos y de evaluarnos. Pero la autoestima no es creer que todo se hace bien o sentirse superior a los demás o que siempre voy a tener éxito. La autoestima es el reconocimiento del valor inalterable como ser humano.

El gobierno, la empresa privada y sociedad civil tenemos la brillante oportunidad de ayudar a millones de hondureños pobres a través de programas sociales y oportunidades que logren disminuir la pobreza, el hambre, la exclusión social y la desigualdad, y ayudarlos a establecerse en plataformas productivas. Queda planteado.