La ONU, 80 años después

Honduras dejó constancia histórica de la necesidad de reformas estructurales en el organismo mundial e hizo propuestas concretas para reformar el Consejo de Seguridad

  • 09 de octubre de 2025 a las 00:00

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada en 1945 al término de la Segunda Guerra Mundial; fue una reedición mejorada de la fracasada Sociedad de las Naciones, creada en 1919 resultado de la Primera Guerra Mundial.

Los propósitos de la ONU se establecen en su carta constitutiva, siendo estos el mantenimiento de la paz, el respeto a los derechos humanos, la libre determinación de los pueblos y la supresión de actos de agresión. Sin embargo, en el transcurso de sus 80 años la ONU no ha podido cumplir con los grandes objetivos que motivaron su creación, lo que ha generado en los 195 países que hoy la constituyen un sentimiento generalizado de frustración y decepción. La ONU fracasó en la prevención de invasiones y guerras como las de Corea (1950), Vietnam (1955), invasión de Hungría y Checoslovaquia (1956,1958), guerra Irán-Irak (1980), las Malvinas (1982), los Balcanes (1992), invasión de Afganistán e Irak (2001, 2003), invasión de Georgia y Ucrania (2008, 2022), genocidio en Gaza (2023) y centenares de conflictos raciales, étnicos y fronterizos en todos los continentes. No obstante, la humanidad mantiene la esperanza y siente la necesidad de la existencia de este foro de debate y propuestas, independientemente de sus resultados desalentadores.

En la conmemoración de sus ochenta años, la actual Asamblea ha sido escenario de críticas y propuestas para que el organismo sea reformado y se convierta en una auténtica expresión de los deseos de paz y prosperidad de los pueblos. Los estudiosos de las dificultades de la ONU concluyen que el problema fundamental con la eficacia de sus mandatos se encuentra en su Consejo de Seguridad, constituido por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y a partir de 1971, China; que tienen el carácter de miembros permanentes y cada uno con el derecho a veto sobre cualquier resolución.

En la práctica, este omnímodo poder de los miembros permanentes es fuertemente influenciado y conscientemente manejado de acuerdo con los intereses geoestratégicos de cada una de esas cinco potencias y no con los anhelos de paz y concordia de las naciones de nuestro planeta; ello explica los innumerables conflictos armados que desde su creación la ONU ha sido incapaz de neutralizar o prevenir.

Los países han propuesto alternativas para reformar el veto de los actuales miembros permanentes y evitar el bloqueo de las decisiones que favorecen a la humanidad: a) restringir el uso del veto en situaciones de crisis humanitaria o genocidio; lo que permitiría que el Consejo de Seguridad actúe en casos donde se producen violaciones graves a los derechos humanos. b) Una mayoría calificada dentro del Consejo para ejercer el veto. c) eliminar el veto y aprobar las resoluciones con mayoría simple. d) ampliar con más miembros permanentes el Consejo de Seguridad, que representen a diferentes países en desarrollo, lo que equilibraría el poder y limitaría el uso abusivo del veto por parte de los actuales miembros permanentes. e) Otorgarle poderes vinculantes a las resoluciones de la Asamblea sobre temas de paz y seguridad.

En su participación en esta 80 Asamblea de la ONU, Honduras dejó constancia histórica de la necesidad de reformas estructurales en el organismo mundial e hizo propuestas concretas para reformar el Consejo de Seguridad. Con los actuales conflictos escalando en Europa y Medio Oriente, el mundo se acerca cada vez a una destrucción mutua asegurada; que requiere sensatez y diálogo. La ONU tiene un colosal desafío.

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