Columnistas

Cosecha de burradas

La cauda de los años, mejor si larga, ofrece contemplar del ser humano la maravilla y lo obtuso (lo inútil, lo inhábil, inepto, torpe, tardo y tonto; su incapacidad de comprender). Hace décadas defendía el canciller la definición de límites con Nicaragua, pues en 1937 ese país emitió un sello postal que dibujaba cual “territorio en disputa” cierto espacio que en 1906 el rey Alfonso XIII de España, como árbitro, ya había delimitado.

Excepto que la sensación de ofensa fue en Honduras tan brutal y bestial que por la estampilla casi se va a la guerra. Diarios y revistas clamaban venganza, borrar del mapa a la vecina nación, asediarla, extinguirla, eliminarla.Un año antes cierta enferma mental robó del altar a la capitalina Virgen de Suyapa y a pedido de la santa, dijo, que se sentía solita, la llevó a casa. Fue gran demencia, merengue mental.

Los tegucigalpenses recorrían en procesión, de mañana a tarde, la breve urbe, ardidos de fiebre devota y clamando a dios les devolviera su cosita sagrada (la talla en cedro es de sólo 6.5 cm de altura) o llovería azufre sobre la patria. Don Armando Garcés se lanzó a un guindo en Olanchito, doña Isolda Varita quemó sus libros y devocionarios y don Galel de las Ardenas gestó bíblicas odas; la banda de los Supremos Poderes, fundada en 1896, entonaba por las noches insomnes elegías y kirie-eléisons.

La loca debió quejarse de que a la virgen la cuidan exclusivamente machos pues carece de una Orden de Damas de Suyapa.Cuando el 3 de febrero de 1975 el presidente de United Brand Co., Ely Black, se lanzó al viento desde el nivel 44° de su oficina en Pan American Building de Manhattan, ocasionando con ello que se descubriera que el jefe de Estado de Honduras y un ministro habían recibido soborno para reducir el impuesto a la exportación nacional de banano, el escándalo fue descomunal.

Abundaron opiniones de duda, incredulidad, sarcasmo, defensa, acusaciones, incriminación, el pandemónium. Más allá del silencio de algunos medios sumisos y de los adláteres nacionalistas del Hombre no hubo quien no comentara. Los juegos artificiales de la sabiduría pública estallaban en el cielo nada democrático de esa década, a tal grado que los militares se vieron obligados a destituirlo.Acontece hoy otra vez con la meritoria labor con que la Junta Nominadora concluye, esta semana, el proceso para elegir una decente y loable Corte Suprema de Justicia.

El grado termostático de desconfianzas y majaderías que por semanas han sido expresadas en prensa, radio y televisión abrumaría al paciente Job. La barahúnda y el caos fueron excepcionales, particularmente en los sufridos grados de la imaginación a que accede el hondureño cuando especula sin vergüenza: que si se hace esto o lo otro, que si es limpia acción o se manipula, si salen sólo diez propuestas terminales u 85.

Que si la JN aparta al candidato por chismes o permanece por conveniencia oficial. Insolente el destile de idioteces que debimos oír, grave congreso de pencos se reunió a comentar: “es elección política” (¿y qué no es político en el hombre, baboso?); Libre dispone de cartas escondidas, compra votos, se anule la selección...Ojalá abunden las felicitaciones cuando acabe bien, si acaba bien, la escogencia política final.