Columnistas

 Síndrome de Estocolmo

El Síndrome de Estocolmo “es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo1 con su secuestrador o retenedor. Principalmente se debe a que malinterpretan la ausencia de violencia como un acto de humanidad por parte del agresor”. Wikipedia.

Nosotros los hondureños padecemos de este síndrome ya que sentimos fuerte afiliación por aquellos que nos han secuestrado, los que matan impunemente a los que levantan la voz contra el nefasto sistema de gobierno, porque no hay esfera en que los secuestradores no estén presente y cada uno hace alianzas emocionales, hasta agradecemos que sea el más valiente en cometer sus fechorías y muchos se han aliado para continuarle apoyando en realizar éstas.

Se nos ha secuestrado la libertad cuando enjaulados entre verjas y portones de hierro trancamos las puertas no para que entren sino para no salir, “las calles son inseguras, los barrios son inseguros por ello se debe solicitar permiso para poner vigilancia y amurallarla y denominarlo barrio seguro, los mercados son inseguros, hasta el mismo panteón es inseguro, los hospitales son inseguros”, esa canción es la que suavemente escuchamos e induce a permanecer en los hogares agazapados con terror en los ojos y mirando a través del ojo de buey de la puerta o auscultando las cámaras de video para saber quién llega a tocar las puertas y cuando escuchamos en las noticias que un pandillero fue apresado suspiramos pero la realidad es que el Estado nos tiene prisioneros para que el pueblo no alce la voz contra el latrocinio descarado que hace la clase política y empresarial.

Prisioneros de bajas pasiones partidarias cuando no reaccionamos sobre la conducción de nuestra nación, nuestro país es una celda que los narcotraficantes políticos nos han hecho, cual cárcel de puertas abiertas porque el crimen organizado por las altas esferas aterrorizan a barrios y colonias, porque muchos delincuentes de estropajo es pagado por el delincuente de cuello blanco para después llevar mensajes de esperanza que si él llega a ser los niveles delincuenciales mermarán, no desaparecerán, solo mermarán.

Prisioneros al exclamar que las ZEDE es la salvación de nuestra patria, que habrá empleo para aquellos que califican, que será necesario que seas un profesional porque necesitarán ingenieros para construir los edificios y murallas, que serán necesario los abogados para que lancen nuevas leyes para defender los sagrados intereses de las nuevas patrias dentro de nuestra patria y que se necesitarán jardineros para embellecer los jardines, barrenderos para mantener el aseo y políticos para que sus riquezas sean guardadas en los bancos de dichas patrias porque no pagaran intereses para su manejo y se sentirán que viven en el Edén porque no se les llamará a extradición.

Prisioneros porque ahora tus tierras propiedades deberán ser pagadas al precio de gallo muerto porque el nuevo propietario que compró al Estado puede reclamarlas como propias y si no venden son expropiadas sin derecho a reclamo y debemos sentirnos felices porque la causa es buena y se desarrollarán industrias que generarán miles de millones y seremos felices porque parte de tu propiedad arrebatada es ahora parte de un emporio comercial transnacional.

Prisioneros porque ya los partidos políticos pueden hacer y deshacer con el billete dado para sus elecciones internas, si los embolsaste nada pasa; es tuyo, no debes de rendir cuentas y podrás seguir participando en elecciones para cargos públicos, y es de los bolsillos del pueblo de donde se saca el billete para dichas elecciones, éste deberá aplaudir porque es un derecho que tienen los partidos políticos y nosotros contribuimos, debe de sentirse agradecido ante tal osadía descarada y cínica conque los secuestradores del alma de los hondureños sonríen.

Prisioneros de infraestructuras que no llegaron ni llegaran, ¿estamos preparados para los embates de la naturaleza, se construyeron los bordos, se reconstruyeron las escuelas , se instalaron y mejoraron las instalaciones de agua potable y sanitaria de las colonias, pueblos y aldeas afectadas, se tendieron nuevos puentes, la reconstrucción de las calles se hicieron, los embalses se hicieron de nuevo, dónde está la vacuna Sputnik V, y los nuevos hospitales y centros de salud dónde están? y para cada proyecto se desembolsaron millones de dólares más de esto solo llegó un pequeño porcentaje, las migajas a los tontos, los millones a los vivos.

Somos prisioneros del enajenamiento mental a la cual se nos somete a diario, que somos los mejores del mundo en el futbol, que la H es aguerrida, que aunque no vaya al mundial nos dio la satisfacción de desestresarnos un poco, prisioneros de pasiones futboleras manejadas con pasión subliminal para que el pueblo pueda soportar los trancazos a los combustibles, se eroguen nuevas leyes de impunidad, que nos coopten los derechos fundamentales que como seres humanos y ciudadanos tenemos, somos prisioneros y tenemos los grilletes clavados en el alma, el espíritu prisionero ya no clama, no alza su voz, su esténtor se ha ido apagando suavemente y recurrimos aquellos que nos ponen el candado y que nos dicen que ellos son los verdaderos héroes de nuestras vidas y que defenderán nuestros derechos y ellos dictarán cuáles son nuestros derechos y acataremos como sumisión porque el síndrome de Estocolmo nos ha aprisionado en las garras de nuestros secuestradores.