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Día del Policía Hondureño

El 9 de junio de 1805 nace en la ciudad de Tegucigalpa aquel buen ciudadano, el gran prócer, hombre sin tacha y sin miedo, el Gral. José Trinidad Cabañas, también político, diputado y presidente, quien quedó grabado en la historia por su honradez, valor y transparencia, así como por su profundo amor a Honduras. Hombre que libró muchas batallas, entre ellas la más cruenta de todas, la corrupción. Se destacó con honor y valentía en todos los grados militares en los diferentes campos de batalla en nuestro país y el resto de Centroamérica.
En honor al Gral. José Trinidad Cabañas en esta fecha se celebra el Día del Policía hondureño, uniformados que son parte de esta noble institución garante del orden y la seguridad pública. Honor a quien honor merece, hoy felicitamos a esos hombres y mujeres que día a día libran su propia lucha contra la delincuencia, hay que reconocer y destacar el sacrificio y esfuerzo de tantos policías honestos y aguerridos que han hecho un compromiso de vida para servir y proteger.
Por la función tan importante que realiza, la Policía Nacional es foco de crítica y señalamientos en su mayoría negativos, estos se han naturalizado en la sociedad hondureña y muchas veces sin análisis y sin fundamentos se juzga el quehacer policial.
Pienso que habría que sumergirse en la realidad del país, en la realidad social y en la realidad humana en la que vivimos para poder hacer aseveraciones de ciertas conductas no apropiadas de algunos funcionarios policiales.
Algunos sectores de la sociedad han denominado a la Policía como “un mal necesario”, sin embargo, es interesante ver que el gran filósofo Platón en su obra la República (370 A.c.) considera a la policía como “la vida, el reglamento y la ley por excelencia, que mantiene a la ciudad”. Por otra parte, quien fuera su discípulo Aristóteles consideró a la policía como “El buen orden y el sostén de la vida del pueblo, que es el primero y más grande de todos los bienes.” (La Política, siglo IV A.c.)
En tanto, no puede existir la sociedad sin un cuerpo policial, como también un cuerpo policial no puede existir sin una sociedad, no tendría sentido ni razón de ser una sin la otra.
La reforma, modernización, actualización y profesionalización son procesos que han hecho renacer y evolucionar a la institución policial y, por ende, a los miembros que forman parte de ella, que hoy por hoy son policías más capaces y consientes de la importancia del trabajo que realizan.
Siguiendo el ejemplo del Gral. Cabañas y en honor a él, ser un policía hondureño sin tacha y sin miedo debería ser el ideal de cada miembro de la Policía Nacional.
Felicidades a los hombres y mujeres que portan con dignidad su uniforme.



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