Columnistas

Una nueva patria

A ti político que el domingo 14 de marzo del año en curso el pueblo hondureño ha depositado su confianza de nuevo para que comiences a engrandecer esta nación llamada Honduras que está abatida de tantas formas porque los malos hijos que tiene la pisotean, la denigran internacionalmente y esto hace que todos padezcamos las malas decisiones que como políticos que han jurado dar lo mejor para la gobernanza de este país solo ha sido una mentira “porque por sus hechos los conoceréis”.

No crean que somos estúpidos y que nos pueden manipular a su antojo, sólo estamos dándoles nuevamente la oportunidad para que recapaciten y puedan enderezar el timón que conduzca este barco llamado nación a puerto seguro.

No nos crean incrédulos ni masoquistas, como soberano podemos provocar desestabilización y someter la patria a una guerra fratricida, pero esto no es lo que deseamos porque somos un pueblo noble y pacífico, más no confundan el pacifismo como debilidad, deben verlo como una fortaleza que el pueblo posee porque hemos visto cómo durante décadas los pueblos hermanos se han desangrado y al final los que han luchado por hacer cambios sustanciales y que prometieron con sangre, sudor y lágrimas han sido iguales o peores que aquellos que antes gobernaban, porque gobiernan con venganza, revanchismo y como no saben lo que es el poder se transforman en cobardes que desean solo paladear el sabor de éste.

Sabemos que han emergido nuevos partidos políticos como si fueran las diez plagas de Egipto, todos desean aventurarse a tener el timón, mas no saben cómo enfrentarse a las fuertes tormentas que como gobernantes tienen que enfrentar porque no están preparados, no son líderes, no tiene la moral y ética para no ser nombrados, son corruptos que desean seguir actuando como el compadre que dejará el poder.

Hoy que has sido electo por el voto del electorado y que competirás en noviembre para ser nombrado por derecho constitucional como alcalde, diputado o presidente, no es para que gobiernes como un sectario partidista, llega a gobernar como el presidente de todos los hondureños y dejar por un lado el color de la bandera, sea esta azul, roja o rojinegra, llegas a gobernar bajo el pendón azul turquí que tiene cinco estrellas y no con el color de un partido. Hoy se te entregan las llaves para que puedas hacer un plan de trabajo que sea para muchas décadas y no de un cuatrienio y que después vendrá el siguiente y lo descontinúe, ese plan deberá contemplar todas las actividades a las que nos sometemos como hondureños para engrandecer esta nación que se ama entrañable.

Recuerden, políticos, que en sus manos entregamos las esperanzas de toda una nación, esperanza que ha sido robada pero que a diario vuelve a aparecer dentro de nuestros pechos porque los hijos de Honduras que son buenos, y que son muchos, no seguiremos tolerando las injusticias provocadas por unos cuantos, Honduras merece vivirla.