Columnistas

Vulnerabilidad del valle de Sula

Leíamos recientemente que “las inundaciones revelan el olvido en las obras de mitigación”. Incidentemente intercambiando vía chat con profesionales independientes del Grupo FARO-H, veedores de las situaciones relativas al agua y al ambiente, manifestamos lo siguiente: Eta ha dejado al país destrozado, los registros fotográficos lo confirman.

Se ha visto cómo los ríos Ulúa, Chamelecón y sus afluentes inundaron el valle de Sula. Las descargas de agua, estimamos, fueron un poco menos en cantidad y en duración que las acaecidas en el huracán Mitch, sin embargo, la inundación se dio igual.

¿El problema? Hace décadas se cambió el concepto de canalización por construcción de bordos. Durante la época del oro verde, las bananeras canalizaban constantemente las quebradas, criques y canales de alivio para proteger las plantaciones, y sabiendo que no resolvería todos los eventos climáticos, construían viviendas sobre polines.

Hoy suceden dos situaciones infortunadas: uno, se construye a ras de tierra en zonas bajas que ya se sabe serán inundadas en épocas del fenómeno de La Niña, y a orillas de ríos importantes; y dos, se ha cambiado el concepto de canalización por construcción de bordas, pensamos que por una razón económica de asocios gubernamentales con empresas de la construcción en terracería donde se gana más con acarreo de tierra, sin embargo, es más barato canalizar y empujar de la otra manera cada camionada cuenta y entre más lejos mejor para el contratista.

El reto: el mapeo preciso de viviendas en zonas de riesgo y legislar al respecto, y en el tema de canalización de vertientes y canales de alivio, proceder a profundizar cauces en vez de mantener su azolve a base de construir bordas que dan una falsa seguridad para viviendas generalmente construidas por la población pobre.

Las bordas, en caso necesario, se pueden construir con el mismo material de canalización por empuje con maquinaria apropiada, de lo contrario, se deja a ras de tierra en las vegas del afluente para mejorar el suelo. La oportunidad. Existe un grupo de expertos en gestión de riesgos de Copeco, una secretaría de Estado que administra y un Presidente que vigila, analiza junto a la asesoría y ordena en el sistema Sinager. Puede existir la duda de la necesidad del mapeo al verse el espejo de la inundación en todo el valle poblado, sin embargo, no es lo mismo 20 cm de agua dentro de casa a que el agua tape una puerta; no es lo mismo una colonia construida en situación de riesgo a la orilla de una corriente que apartada de ella; no es lo mismo una colonia apartada de la zona urbanizada en riesgo que una en igual situación dentro de lo urbanizado; no es lo mismo la llena en una colonia con agua tranquila que una colonia cruzada con aguas embravecidas.

La Cooperación Holandesa en Honduras tiene mucho que recomendar al respecto por su expertis en construcciones en zonas antes anegadas bajo del nivel del mar en su país. En el pasado se decía que en Cortés se producía el 75% del PIB, y las pérdidas por inundaciones son cuantiosas por ello. Es importante planificar en gestión de riesgo con antelación, a sabiendas que los eventos sucederán predeciblemente de un año a otro. Un evento de esta naturaleza sucede en promedio cada 20 años. De ahí la necesidad de realizar mapeos, regulación y canalización, incluso de abrir nuevos canales y desazolvar viejos canales convertidos ahora en pantanos.