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'Regreso a las Américas” y 'Nearshore”

La iniciativa “Regreso a las Américas”, una idea oportuna y genial del gobierno del presidente Donald Trump, impulsa acercamiento comercial con los países de América Latina y el Caribe, con incentivos financieros, anima a las empresas estadounidenses que tienen sus instalaciones en países de Asia para que las reubiquen en EE UU, Latinoamérica y el Caribe, según lo anticipó Mauricio Claver Carone, asesor presidencial y candidato a la presidencia del BID. Es una idea que Trump ya venía explorando antes de la pandemia con países de Latinoamérica, de atraer estas empresas cuyos rubros principales serían energía, transporte e infraestructura, y que la pandemia ayudó a convencer a las empresas estadounidenses que ya llegó la hora de unirse y echar andar el plan. El periodista Andrés Oppenheimer publicó hace dos semanas, “América Latina: el continente dormido” y cuestionó que muchos países del continente ni siquiera están pensando en cómo reinventarse para poder competir en la nueva economía mundial post-pandemia. También indicó que Latinoamérica tiene una oportunidad de oro para atraer las empresas multinacionales que están sacando sus fábricas de China. Así Oppenheimer detalla que debemos promover fuerza laboral joven, salarios relativamente bajos, proximidad mayor al mercado estadounidense y las mismas zonas horarias. De manera que, aún sin perder de vista la globalización, se comienza a incentivar la regionalización, dónde los países vecinos, e incluso los más próximos unos con otros, también podrán sacar provecho. Es el “Nearshore”, práctica del comercio internacional que consigue que el trabajo sea hecho o se realicen servicios por gente en países vecinos en lugar de hacerlo en su propio país, como lo que fomenta el gobierno del presidente Trump. La diversificación de las empresas estadounidenses en países de Latinoamérica son una oportunidad de negocio para que la producción e industria nacional apueste a un nuevo enfoque a lo ya existe, atraiga otros grupos de consumidores y apuesta nuevos productos, pero sabiendo que el Cafta ha costado más de 20 años, por lo menos comenzar a darle pensamiento con los sectores involucrados para atender las necesidades del sector privado, microempresarios y emprendedores. Honduras tiene la ventaja competitiva de su cercanía con EE UU, un puerto altamente competitivo, entonces, es conveniente que los sectores involucrados comiencen a tratar esta oportunidad y se enfoquen en la especialización de lo que podemos producir y manufacturar mejor.