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Día Internacional de los Trabajadores

Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es una fecha que se ha celebrado como fiesta conmemorativa de las luchas obreras. El 1 de mayo de 1886 los trabajadores de la ciudad de Chicago iniciaron una huelga que terminó en una masacre propiciada por la policía, de ahí que se conoce a los luchadores que fueron asesinados como los Mártires de Chicago, en cuyo honor desde 1889 se acordó celebrar en todas las partes del planeta, donde las condiciones lo permitían, esta fecha con protestas y reclamos. La clase obrera es hija del industrialismo, en cuya actividad se cimentó el sistema de producción capitalista que desde su inicio mostró un desarrollo inusitado que a decir del teórico de la clase obrera, C. Marx, ha creado tantas fuerzas productivas que ha producido maravillas mayores que las pirámides de Egipto, los acueductos romanos y las catedrales góticas; su ímpetu en el impulso al progreso motivado por la ganancia, ha creado tanta riqueza que ni todas las sociedades anteriores juntas pueden superarle. Mucho del pensamiento desarrollado en el industrialismo sigue vigente, por más que se le intente ocultar, ideas recogidas en el Manifiesto Comunista (1848), son tan actuales que pareciera fueron escritas hoy “La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes. Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias viejas y venerables, se derrumban, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás”. El desmedido consumo de los recursos naturales, la exorbitante concentración de la riqueza, la disminución del papel del Estado en favor de una reducida minoría de la población, la lucha por los mercados y los altos niveles de corrupción y sostenimiento de una burocracia improductiva, son preocupaciones que agravan la situación de los trabajadores. Lo más delicado es la pérdida del papel que desde los teóricos del movimiento obrero y revolucionario se le venía asignando a los trabajadores, me refiero a esa función de líder de los movimientos de protesta y vanguardia de los procesos de transformación. En el caso particular de Honduras, los trabajadores a través de sus sindicatos muestran un deterioro que los debilita en su lucha por la mejora social y económica. La corrupción, la antidemocracia, la cooptación por parte del gobierno de sus principales líderes y la carencia de un programa de lucha o de propuestas, encuentra a los trabajadores en su día en una de sus peores crisis. Ni la pandemia del coronavirus ha sacudido la dirigencia sindical hondureña, han sido los líderes empresariales los que han salido en defensa de sus empresas y muchos reflejando preocupación por el futuro de unas relaciones que generan más incertidumbre.