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La convención que nunca convence

Una bullaranga de gitanos del negocio de la política se instaló como en una feria en la ciudad de Danlí, al oriente del país, donde unas mil personas se apostaron en el gimnasio del instituto público de esa ciudad, la preasamblea extraordinaria del Partido Nacional de Honduras (PNH) bautizada con el nombre “José Celín Discua Elvir”, en reconocimiento a un líder del partido, quien ha ocupado la presidencia del PN al igual que del Comité Departamental de El Paraíso y diputado al Congreso Nacional en muchas ocasiones; además, el “honorable” título de estar acusado de fondos recibidos durante las campañas políticas. Él junto a 37 funcionarios, diputados y personas particulares fueron acusados por la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción (Ufecic) y la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih) de desviar 282 millones de lempiras en la campaña política del Partido Nacional y Liberal en 2013 en el denominado caso Pandora. Una madeja desenredada por las líneas de investigación del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA).

Pues bien, en esta jornada, uno de los temas en discusión fue la extraña palabra llamada: “transparencia”, como mecanismo que impulsa el partido y reglamenta estatutos, en donde un Presidente de la República se puede reelegir por una única vez; claro, eso si la historia reflejada en las urnas y la aplicación de la curva del matemático e ilustre Batson y la virtud democrática de los votos rurales que le permitió el gane presidencial.

También, se propondrá una comisión para la certificación de candidatos a cargos de elección popular y autoridades a fin de autorizar otra para la modernización y fortalecimiento del partido. Es decir, una combinación de aptitudes y cargos con miras a alargar la vida nacional de la “democracia”. Incluso, la joya de la fiesta es la creación del museo político del PN, ya imaginan los personajes que pueden desfilar en los pasillos de la leyenda mal contada y mal asumida por los partidarios de la estrella solitaria.

En Honduras deberían ser prohibidos por decreto estos carnavales políticos y circenses que no inducen a nadie, si ya se sabe que todo lo que va a suceder ya fue discutido y aprobado por manos oscuras que mueven los hilos de la política, por los presidentes de cada partido con sus mercaderes del poder, y allí lo que se va a discutir solo es como encaramarse en las tarimas y arremangarse las camisas con la intención de hurgar más el lodo de la corrupción, buscando así las sobras de los dineros públicos.

Se debería debatir cosas serias, por ejemplo: crear un ente limpio con la finalidad de promover la participación de la ciudadanía, contribuir a la integración de la moralización nacional, compartir objetivos, intereses, visiones de la realidad, principios, valores y proyectos para las buenas prácticas de gobiernos democráticos, hacer una radiografía moral para los miembros que van a presentar candidaturas a ocupar diferentes cargos políticos, estructurar programas socioeconómicos y valores, pero no. Aquí la única transparencia que se promueve es el vidrio de sus autos blindados, para que nos les pegue ni la sombra de los ciudadanos que votaron por ellos.