La estrategia de reactivación económica anticíclica con el objetivo de contrarrestar los efectos adversos de la desaceleración económica observada desde el año 2018 debería incluir un conjunto de políticas de carácter fiscal, monetario, crediticio e institucional.
La rigidez observada de parte del gobierno en implementar medidas de carácter fiscal y monetario obliga a tomar medidas distintas de política que estimulen la actividad productiva e inversión, con esto se corre el riesgo de poca efectividad en la reactivación económica. Estas rigideces están influenciadas por los compromisos contraídos en el Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que obliga a la Sefin y al BCH apegarse a metas de carácter fiscal, monetario y cambiario que se encuentran contenidas en el Programa Monetario 2019-2020.
Igualmente, la problemática se agrava por la desarticulación y falta de presupuesto de los entes que apoyan a los sectores productivos.
El sector de intermediación financiera se encuentra bajo esquemas estrictos de carácter regulatorio que estimulan a que este no se exponga a riesgos que pueden afectar la rentabilidad del sistema.
Este esquema restrictivo de implementación de políticas aumenta los riesgos de un deterioro grave en las condiciones favorables para la inversión privada, producción y generación de empleo.
Una combinación de políticas económicas podría disminuir los impactos en la economía hondureña ante la desaceleración de la misma. Las autoridades económicas lo hacen en todas las economías del mundo y Honduras no debería ser la excepción.
A fin de enfrentar la problemática expresada anteriormente, el gobierno debe diseñar un plan de emergencia nacional contra la desaceleración de la economía 2019-2020 que contengan como mínimo las siguientes medidas de política económica.
Medidas de política monetaria: disminución del encaje legal cercana a cero (0%) en aquellos bancos que dirigen bastantes recursos a la agricultura, ganadería, acuicultura, pesca e industria. Disminuir el porcentaje de inversiones obligatorias en moneda nacional. Disminuir la TPM como medida de señalización de las tasas de interés hacia la baja.
Medidas de política fiscal: medidas de racionalización del gasto público y redireccionar la inversión pública en obras de infraestructura. Creación de fideicomisos con fondos provenientes de reasignaciones presupuestarias y otros fondos. Estos fideicomisos deben tener la función específica de redirigir recursos que complementen las actividades de financiamiento al sector agrícola y Mipyme.
Disminución de impuestos directos: disminución del Impuesto Sobre la Renta (se deberá elaborar análisis de proyecciones y medir el impacto presupuestario). Revisión de otros impuestos directos (disminución gradual) (se deberá elaborar análisis de proyecciones y medir el impacto presupuestario).
Medidas de política crediticia: integrar y capitalizar a las instituciones financieras no tradicionales a la estrategia de financiamiento al sector agrícola y Mipymes (microcrédito): cajas rurales, fondo de garantías recíprocas, cooperativas de ahorro y crédito, cooperación, Banhprovi. Cada ente responsable en política monetaria, fiscal, crediticia, así como cualquier otro tipo de política económica conducente a sentar las bases para una reactivación económica, deberá tener un cierto espacio de independencia en la toma de decisiones y generar propuestas que respondan a los intereses de las grandes mayorías.