En la fotografía de dictadores hay siempre un chafarote, quien cree que lo retrata la eternidad, si bien está al hilo de un brinco, históricamente minúsculo, de que la situación cambie y quede expuesto cual es: cómplice, capataz, mercenario, quizás asesino y sicario. Las fuerzas armadas deben nombrarse en nuestras patrias fuerzas desalmadas.
François Duvalier, alias Papa Doc, presidente “vitalicio” de Haití (1957-1971), se consideraba encarnación del Barón Samedi, espíritu vudú de la muerte. En 1959 cayó en coma y al despertar dictó arresto al sucesor presidencial, pero al no hallarlo supuso se había vuelto perro negro, por lo que Duvalier mandó ahorcar a todos los canes negros locales. Con los Tontons-Macoutes, milicia gansteril, hizo su régimen brutal. En 1961 convocó a elecciones y obtuvo 100% de los votos (incluyendo los “rurales”). Falleció en 1971 y tras el derrocamiento de su hijo Baby Doc Duvalier (1986), su esqueleto fue desenterrado y apaleado ritualmente.
Rafael Trujillo lideró a República Dominicana de 1930 a 1961, tras arribar al poder en elecciones tan amañadas que consiguió más votos que el número oficial de votantes. Hizo coronel a su hijo de tres años y gastó en eventos y diversión 33% del presupuesto público para coronar reina a Angelita I, su hija. Igual trató de conseguir que le dieran a su esposa, medio analfabeta, el Premio Nobel de Literatura. Puso su nombre a la capital, a carreteras, edificios y montañas enteras, informa Wikipedia. Las placas de autos decían “Viva Trujillo” y las iglesias tenían carteles con la frase “dios en cielo, Trujillo en tierra”, dictada por pícaros curas y pastores. Un grupo conspirador ametralló su coche y lo ejecutó. Sus restos “descansan” en España.
En seis años Manuel Antonio Noriega se hizo “líder de la liberación nacional” de Panamá, con extensos abusos de poder, fraudes, represión contra opositores y violación de derechos humanos. Perfeccionó vínculos con el narcotráfico colombiano y el contrabando de armas. EUA lo condenó a 40 años de cárcel (1992), tras probar sus compromisos con el cartel de Medellín. En 2008 Francia lo extraditó y pasó así de una prisión en Miami a otra parisina. Fue expulsado a Panamá, donde cumplió condena hasta que un tumor cerebral, a los 83 años, lo desbarató. Sus neuronas no soportaron tanta culpa.
Chile sufrió una de las dictaduras militares más largas de América (1974 a 1990), tras que el General Augusto Pinochet comandó un golpe de Estado contra el socialista Salvador Allende. Proscribió a los partidos políticos, disolvió el congreso, restringió los derechos civiles y encarceló a la oposición. Su régimen, al cual repudió un plebiscito (1988) donde se impuso el “No”, asesinó y desapareció a 32,000 personas. Siguió ocho años más como jefe de ejército, protegido por leyes de auto amnistía. En 1998 se nominó senador vitalicio pero la revelación de sus crímenes lo obligó a salir de escena. Acusado de genocidio, terrorismo, torturas y desaparición de personas fue detenido en Londres y luego extraditado a Chile, donde murió en prisión domiciliaria en 2006. Acaban de localizarle las cuentas secretas de su vasta y ladronada fortuna. Decía mi abuela lenca que es pecado desearle mal a alguien.