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Borinquen: 'La generación del yo no me dejo”

El descontento generalizado de la población puertorriqueña por la corrupción, incompetencia ante la destrucción provocada por el paso del huracán María el 2017 que dejó un saldo estimado en casi 3,000 víctimas, cifra ocultada por el gobierno local, la recesión económica que lleva ya trece años provocada por el altísimo endeudamiento oficial y el irregular manejo de los préstamos -conduciendo a la declaratoria de bancarrota-, que llevó a Washington a nombrar una comisión interventora de las finanzas públicas, fueron causales del rechazo al gobierno presidido por Ricardo Roselló, hijo de un exgobernador de la “Isla del Encanto”, alcanzando una situación límite cuando la prensa local divulgó centenares de chats de conversaciones privadas realizadas por Roselló y sus más cercanos colaboradores de carácter misógino, homófono, burlesco, incluso de víctimas del huracán.

Esa arrogancia del poder, ese desprecio hacia sus compatriotas, ese servilismo hacia Trump fueron la gota que rebasó el vaso, induciendo a la población, de diversa condición social y económica, jóvenes, adultos, ancianos, heterosexuales y homosexuales, seres anónimos y artistas de la farándula -incluyendo a Ricky Martín- a manifestaciones masivas callejeras que duraron quince días, exigiendo la renuncia de Roselló, hasta lograr el objetivo cuando este anunció su dimisión el 2 del corriente, nombrando como su sucesor a Pedro Pierluisi, aún no confirmado al momento de escribir esta nota por el Senado local. ¿Será acaso más de lo mismo?

El partido político todavía en el poder, el Nuevo Progresista, favorecedor de la estadidad, ha quedado debilitado y desprestigiado, lo que obligó a figuras connotadas de esa agrupación a sumarse a las críticas adversas a Roselló, permiten vaticinar que nuevamente el Partido Popular Democrático, que respalda la continuación del modelo híbrido “Estado libre asociado”, acceda a la Gobernación.

Ha surgido una nueva agrupación, Victoria Ciudadana, que en la última elección local logró obtener el 11% de votos emitidos.

Las multitudinarias marchas colectivas no concluyen con la dimisión de Roselló. Exigen, a partir de ahora, gobiernos honestos, transparentes, incluyentes, capaces, que generen un desarrollo humano y empleo masivo, que impidan el éxodo masivo de la población hacia Estados Unidos, ante la falta de oportunidades en su patria borinqueña.

¿Lo lograrán?

La unidad de propósitos de los manifestantes confirmó aquello de que “el pueblo unido, jamás será vencido”.