Columnistas

Regiones de desarrollo

El país, siguiendo la mecánica de los países centroamericanos, se dividió en departamentos hasta llegar a los 18 a nivel nacional, mientras los países federales se dividieron en Estados por ser de mayor extensión.

Desde el punto de vista político administrativo, esta departamentalización ha sido efectiva por su aglutinación en municipalidades que con su autonomía disminuyeron el poder político-administrativo a la gobernabilidad departamental. En otras oportunidades se ha desarrollado otro tipo de divisiones y conocemos ahora los Corredores: secos, forestales, boscosos turísticos, biológicos, logísticos; también en Rutas como la Maya, la Lenca, Turística; y recientemente aparecen los Distritos, aunque esta figura es vieja con lo que se llamaron Distritos de Riego o el Distrito Central, se impulsa por ejemplo el Distrito Turístico donde el Corredor y la Ruta forman parte de éste. Lo anterior es importante desde el punto de vista económico, uno de los pilares del desarrollo sostenible y de movilidad de la vida, porque tanto los animales y las plantas como el ser humano se mueven en su facilidad intrínseca de resiliencia ecológica y resiliencia humana ante los embates ecológicos, climáticos y de pobreza en la búsqueda de mejores condiciones de vida que los adversos que le facultan a esa movilidad. En este orden de ideas también se encuentra el agua como factor universal que conlleva a la vida de la persona y los ecosistemas, que juntos, como fuerza pensante y laboral, el primero, y como materia prima, el segundo, potencian el desarrollo económico para su bienestar, no al contrario. Como vemos el factor agua hay que potenciarlo en los Corredores, las Rutas y los Distritos porque tiene un solo espacio de movilidad: la cuenca hidrográfica y su interconexión, por ello la importancia de las Regiones Hídricas plasmadas en las Regiones de Desarrollo sobre esa base, debido a que por sus balances hídricos no habrá más agua para una población que crece en una cuenca hidrográfica que aquella que la misma cuenca produce; si le explota en demasía para satisfacer esa necesidad, se agota el recurso en la cuenca y hay que proceder a los transvases de agua, que se ha demostrado que son prácticas de última decisión porque otros habitantes de cuencas aledañas también la requieren y si esta es poca o muy cara, más se les afecta; por eso es necesario que la revisión de la Ley de Recursos Hídricos tome en cuenta estos elementos, entre mucho otros temas técnicos y administrativos que hay que incorporar. Es importante entonces realizar otro ejercicio de bienestar general donde en las cuencas hidrográficas, subcuencas o microcuencas, intervengan los Departamentos, los Corredores, las Rutas y los Distritos, o Parques como en una ocasión el Gobierno quiso impulsar, con el objetivo de que en el desarrollo pensado en esos espacios se incluya al agua para ese desarrollo, tanto en calidad como en cantidad. No es suficiente su protección, aquella palabra de gobernabilidad involucra su mejoramiento constante, en pro de la vida, el bienestar y el desarrollo humano sostenible.