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Una oportunidad única para la UNAH

Cuando algo no anda bien en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se dice que no debemos olvidar que es una institución de un país con un sistema tan defectuoso y que, por lo tanto, no es ajena a toda la problemática nacional, es como una Honduras en pequeño, dicen algunos.

Pero la UNAH como institución ha sabido revertir la situación y lejos de ser un reflejo, en muchas situaciones ha sido ejemplo de cómo proceder y funcionar de manera diferida con relación a otras instituciones estatales. Claro, su situación de autonomía ha sido clave en el proceso.

Con la aprobación del Reglamento Electoral Estudiantil (REE) tiene una oportunidad única para demostrarle al país cómo proceder en términos democráticos y en resolución de conflictos. Recordemos que la presentación del reglamento es resultado de un proceso muy conflictivo y doloroso para la institución. Mucha agua ha corrido para que sucediera.

La pérdida de dos períodos académicos, intensos diálogos, rutinarias protestas y hasta tentativas de intervención son solo algunos de los hechos que tiene detrás la aprobación del reglamento. Jugando un poco con las palabras, no solo tiene una oportunidad única, sino que quizá tiene también su única oportunidad para por fin dejar atrás todo tipo de interrupciones de sus procesos académicos y los periféricos que esto implica.

Los ánimos cuando de democracia de trata se alteran con mucha facilidad y de inmediato surgen los enfrentamientos.

El camino es seguir actuando con transparencia y saber corregir a tiempo, dialogar a tiempo y seguir teniendo la buena voluntad de hallar salidas y mejorar.

Podría tener el país un ejemplo de cómo por fin llegar a feliz término cuando de democracia se trata, porque va más allá de las elecciones que se tienen proyectadas para agosto, y de todo el proceso al que se someterán carreras y facultades en los próximos meses. O en la posterior elección de las autoridades.

Reside también en el camino que a partir de ahora se traza. La máxima casa de estudios debe seguir siendo ejemplo de participación, de inclusión; que cada sector y cada estudiante, docente o administrativo sea tomado en cuenta y se sienta importante dentro de la institución.

Y digo que se sienta importante en el sentido de que cumpla a cabalidad su rol, con todos sus deberes y derechos. Hay dos razones por las cuales se deja atrás los problemas: una es porque se olvidan y otra es porque se resuelven.

En este caso, me atrevo a decir que será porque se resuelva. Hasta el momento es una institución que ha sido ejemplo de cómo acercarse lo más posible a su misión. No solo se dedica a egresar profesionales, muchos de ellos de alto rendimiento, sino que se preocupa por la investigación y la vinculación con la sociedad.

Además de prestar atención a aspectos como la innovación en la educación y modernización de todos sus mecanismos de funcionamiento. Que a primera vista, no parece tanto, pero si se lo pone en el contexto nacional, se entiende que ha ido más allá de lo esperado. Aún con lo difícil que ha sido el camino, llegó la hora de que tanto docentes, estudiantes y autoridades sean ejemplo de madurez democrática.

Los ojos estarán puestos en la institución en este camino y esperemos que en esa observación atenta podamos aprender como país.