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Au, que viene del latín aurum, es símbolo del oro, por “brillante amanecer”, siendo un metal precioso soluble a cianuro, mercurio, agua regia, cloro y lejía.

Abunda al interior de las montañas y quizás proviene de la colisión de estrellas
de neutrones.

El hombre lo emplea para acuñar monedas y en joyería, industria y electrónica, dada su resistencia a la corrosión. Los alquimistas medievales pretendían, con la piedra filosofal, producir oro a partir del plomo.

Socialmente es símbolo de pureza y realeza, mientras que en heráldica representa al poder económico y la vanidad, así como a lo recto (se habla de la regla de oro o que una persona vale oro) y el mundo metaforiza hablando de oro negro (petróleo), verde (banano o henequén y aguacate en México, esmeraldas en Colombia, coca en Perú, cannabis y soya
en Brasil).

Oro blanco son platino y algodón, así como el marfil ilegal de colmillos
de elefantes.

Oro líquido es el aceite de oliva, en tanto que quien padece miedo al oro
sufre crisofobia.

Los antiguos creían que comer en platos de oro prolongaba la vida. Cuando la peste negra los alquimistas pensaron que podían curar haciendo beber al enfermo oro pulverizado.

Hoy tiene fines terapéuticos pues ciertas sales o tiolatos áureos funcionan tratando artritis reumatoide y otros males reumáticos.

La mayoría de tales compuestos es poco soluble y se ocupa inyectarlos, tratamiento que da efectos secundarios que, aunque leves, causan que el paciente lo abandone. Al uso de oro en medicina se le titula crisoterapia.

Maravilla, pues: científicos de las universidades de Jaén (España) y Queensland (Australia) han descubierto una tecnología, con base en el oro, que detecta con fluidez 200 muestras de cáncer humano. Los investigadores hallaron una estructura única de ADN que parece ser común a todo tipo de cáncer en que realizaron pruebas y que incluye próstata, linfoma y varios de cáncer de mama. La prueba podrá captar el cáncer en 10 minutos,
informa BBC Mundo.

Hasta ahora el cáncer es de diagnóstico lento. Sus diversos tipos tienen firmas diferentes, que exigen varios modos de examen. Los científicos no han podido identificar una firma simple común a todos los cánceres, pero esta reciente tecnología luce prometedora. Un investigador, el Dr. Abu Sina, dijo que es difícil encontrar una firma simple distinta de las células sanas y que se viera en cada célula cancerosa. “Pero esta firma única de ADN en nanoescala apareció en cada tipo de cáncer de mama examinado, y en otros de próstata, colorrectal y linfoma. Los patrones de pequeñas moléculas llamadas grupos de metilo que decoran el ADN se ven dramáticamente alterados por el cáncer. Y esos metilos son clave para que las células controlen qué genes se activan y desactivan”. Un investigador probó esos grupos de metilo en una solución y descubrió (al 90% exacto) que podían separarse de las células y pegarse a superficies sólidas como el oro.

Entonces, dice, “diseñamos una prueba simple con nanopartículas de oro que cambian de color instantáneamente para determinar si las nanoestructuras 3D del ADN del cáncer están
presentes”. Y estaban.

El avance condujo a crear un económico dispositivo portátil que podrá usarse cual herramienta de diagnóstico y posiblemente como aplicación en una computadora. La investigación apareció en Nature Communications, el pasado diciembre.

Se espera que la prueba permita que los exámenes de detección se conviertan en chequeo de rutina y que ese diagnóstico temprano salve vidas del cáncer, mediante dispositivos inteligentes de bajo costo en zonas del mundo carentes de servicio médico.