Columnistas

Carta pública al CN

Los genuinos representantes del pueblo en el Congreso Nacional bajo ningún punto o presión deben permitir el cierre de Banadesa, el único brazo financiero estatal de los productores agrícolas de Honduras.

Inadmisible es que funcionarios públicos permitan el cierre o privatización de Banadesa obedeciendo intereses mezquinos en contracorriente de las necesidades de nuestros agricultores y desarrollo de la agricultura de Honduras. El 16 de febrero de 1950, el presidente Juan Manuel Gálvez, mediante Decreto 71, fundó el Banco Nacional de Fomento (Banafom) con la finalidad de que los productores agropecuarios tuvieran acceso a los créditos y contribuir al desarrollo del país.

El 24 de marzo de 1980 mediante el Decreto 903, el Banafom fue rebautizado con el nombre de Banadesa (Banco Nacional de Desarrollo Agrícola), nombre que lleva hasta hoy. Desde su nacimiento Banafom-Banadesa, en su historia de 69 años, ha venido contribuyendo a la consolidación de la producción y comercialización del café, frijol, maíz, arroz, sorgo o maicillo, azúcar, banano, plátano, piña, melón, sandía, camaricultura, pesca, sal, leche y carnes, la fruticultura, irrigación y hortalizas.

Asimismo, otras importantes conquistas alcanzadas en la agricultura hondureña están marcadas por el esfuerzo de Banadesa. También ha contribuido a realizar toda clase de operaciones bancarias en general, coordinando sus actividades con la política de desarrollo del Estado para el sector, según el plan de nación y visión de país.

Señores diputados: una de las principales funciones de la banca nacional de desarrollo es la de otorgar recursos para financiar aquellos proyectos o actividades productivas viables que normalmente no tiene acceso a financiación por el canal de la banca privada comercial tradicional.

Su objetivo es, generalmente, fortalecer el tejido agrícola empresarial y mejorar el avance económico del país a través de créditos con mejores condiciones que los de la banca privada.

En la actualidad, Banadesa se encuentra en una situación difícil, acorralado por funcionarios de las mismas instituciones del Estado, con fines oscuros, para que una institución financiera privada e importada se apropie de los activos de Banadesa, los cuales han sido construidos con los impuestos de los contribuyentes hondureños. Inaceptable. Por lo tanto, es una necesidad imperiosa la reestructuración de esta única y emblemática institución financiera del Estado para que sus problemas de sustentabilidad empresarial, solvencia, eficiencia y liquidez sean superados y cumpla con los objetivos para los cuales fue creada.

Es urgente que consideren aprobar nuevas normas orientadas a reestructurar Banadesa de forma integral, a partir de reformas que consoliden la construcción de una base que genere servicios y productos financieros, capaz de imprimir competitividad en el mundo económico y financiero a través de nuestra agricultura con créditos estrictamente analizados, supervisados y regulación de los precios de los insumos agrícolas.

Además, establecer y fortalecer el seguro agrícola aumentando su cobertura jurisdiccional fundamentada en el censo agropecuario, importante tarea pendiente. Banadesa debe ser sometido a un exhaustivo proceso de cambio para generar una nueva filosofía financiera adaptada a nuestra realidad.

Una nueva visión y misión, creando las bases para atraer inteligencias alrededor de las principales demandas en un sistema que pueda atender el sector financiero agrícola y comercial de forma ágil y dinámica, que pueda utilizar los mejores cuadros de profesionales en favor del desarrollo de la agricultura, consolidando su fortaleza financiera y su sostenibilidad.

Para lograr esta transformación, Banadesa debe someterse al beneficio del saneamiento de su cartera para habilitarlo y blindarlo de la corrupción, del manoseo de los políticos, de los productores agrícolas sin escrúpulos y de la cultura del no pago

. Reconozco que ha habido desaciertos en la política y administración del financiamiento y recuperación, y cuyos responsables deben pagar por ello, pero, al poner en la balanza de resultados, pesan más los importantes aciertos en beneficio del desarrollo del sector productivo agrícola.

Como hondureño y miembro del sector agrícola de Honduras, por medio de esta carta pública propongo a los diputados del Congreso Nacional: legislen en beneficio del agro y eviten el cierre o la privatización de Banadesa, deliberen y a través de los consensos aprueben, unánimemente, autorizar mediante Decreto legislativo la reformulación institucional de Banadesa, orientada a sanear su cartera y habilitación, a realizar cambios en sus áreas administrativas, financieras, legales y relevos profesionales, con el objetivo de convertirlo en un banco competitivo, moderno, creativo, que genere confianza y sustentabilidad. El proyecto de liquidación de Banadesa significaría un atentado contra la vida misma de cada uno de los hondureños, incluidos ustedes y sus familias, por lo tanto, en esta profunda crisis económica y sociopolítica en que nos encontramos, el papel del Estado es fundamental para salvaguardar nuestra seguridad y soberanía alimentaria.

Todo el pueblo hondureño, específicamente los productores agrícolas de Honduras, debemos estar atentos y listos para defender nuestras instituciones, nuestros beneficios y, por ende, los de la patria. Sin productores no hay agricultura, sin agricultura no hay comida y sin comida no hay vida.

Histórica responsabilidad… ¡Salvar Banadesa! ¡No a su privatización!