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¿Y si reformamos a los políticos?

Las elecciones son esa hipérbole alegre de pueblos que la gente común le llama “fiesta cívica”, donde votar es como el cortejo que abre el carnaval de la participación política. Es la forma en que elegimos a quienes, en nuestro nombre, harán las leyes y gobernarán el país con más errores que aciertos. En la Honduras bifurcada de los últimos años este festejo se ha convertido en un jolgorio de máscaras que se han ido cayendo en el fragor del cinismo en las madrugadas del poder. Eso nos llevó a un escándalo de ambiciones y miserias revueltas en las calles contra todo asomo de fraudes e incapacidades como por ejemplo replantear otra democracia, lo que ha desembocado en un diálogo, con el objetivo de exigir a los actores de esta “verbena” a cambiar las reglas del juego. Esta ha sido auspiciada por la ONU donde el Partido Nacional a través de sus representantes, exhibió una contrapropuesta con miras a entrarle de una vez por todas a las reformas políticas y electorales. Los encargados de la ONU se han reunido con 7 embajadores con la finalidad de preparar, lo que la comunidad internacional puede respaldar esta crisis en esta nación.Por otro lado, el Gobierno de Alemania, verbigracia, se comprometió a la dotación de equipos experimentados con oficio en el diálogo político, mientras que la Unión Europea habló de un apoyo en las reformas electorales, Canadá puso a disposición fondos y conocimientos en el trabajo con la sociedad civil y el PNUD. El señor Garafulic, que representa a la ONU, a fin de sosegar este alboroto, aclaró que lo que ha ocurrido hasta el momento es un acercamiento; no obstante, no es el gran diálogo nacional aún, y cuando ese paso se dé, es cuando la comunidad internacional va a brindar ese soporte. Como se ha dicho ya es hora, que en el mundo no nos vea como feroces salvajes que tuercen la historia de las democracias serias. Se debe apostar por una Ley Electoral, que se tenga una nueva tarjeta de identidad e inspeccionar la institucionalidad del Registro Nacional de las Personas y del Tribunal Supremo Electoral, ya es demasiada simulación aberrante donde enlodan la paz y las libertades políticas de la nación. Urge que los actores de esta escena nacional trabajen por la región y las manden al Congreso, donde hay que lograr consenso de 86 votos; Aunque, las reformas si no se hacen en los próximos 4 meses, vamos a llegar al mismo proceso electoral con las mismas leyes, con el mismo sistema y con los mismos políticos, comiéndose el mismo banquete, con las mismas burlas. ¿Y el pueblo? Que por lo menos en los próximos jaleos haya partidos de contenido pragmático en sus programas; es decir, exigible que lo hagan de manera transparente y veraz, la democracia no es un supermercado que vende productos: no debe engañarse la participación política con la propaganda ruidosa y vacía. Se quiere una campaña de información, responsable y creíble, que la ciudadanía puede tener acceso al historial político de los candidatos y no que muestren los dientes blancos de la sonrisa falsa y sus eslóganes y proclamas. Esta es una ocasión adecuada de tener candidatos con transparencia en decisiones y demandas. La oportunidad de unirse a estas iniciativas amplía las posibilidades participativas de los comicios y contribuye a darle sentido a una ideal fiesta cívica.Porque la democracia es mucho más que votar: es una forma de organizarse y funcionar las sociedades por la que todas las personas participan en las decisiones de visión en Honduras. Es la única verosimilitud y capacidad de construir y usar medios democráticos con el fin de ejercer la libertad en diferentes contextos de manifestarse a fin de cambiar todas las estructuras del poder. No puede reducirse la democracia a los márgenes del terreno político ni al superfluo acto de votar cada cuatro años. ¡Es ahora o nunca!, ¿reformar las políticas o a los políticos?