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Las raíces de la emigración ilegal

El tema de la migración ilegal a EE UU es motivo de constantes reportajes y análisis de parte de medios nacionales e internacionales. Para nosotros es un drama real que afecta a muchos ciudadanos y la vida nacional. La cantidad de hondureños ilegales en el extranjero alcanza números extraordinarios, como lo que solíamos relacionar únicamente con los salvadoreños en EE UU hace más de una década. Uno pensaría que las amenazas que se profieren constantemente desde el ejecutivo de EE UU serían un disuasivo para que los hondureños desistan de viajar ilegalmente, pero al parecer no lo son. Analicemos los orígenes y motivos que impulsan este flujo de personas hacia el norte de América.

En Centroamérica, la emigración hacia el norte se ha venido dando desde hace mucho tiempo. Pero en las últimas dos décadas los flujos han aumentado debido al cambio en las condiciones de vida de los habitantes de la región. A pesar que, a nivel gubernamental, se habla de desalentar la migración, esta no siempre ha sido identificada de forma negativa por su efecto como válvula de escape social y económico.

En EE UU esta incapacidad para dar una respuesta efectiva al problema creó un vacío en el ambiente político que ha sido, en los últimos años, ocupado por grupos radicales de extrema derecha que exigen medidas más radicales para resolverlo. Es así que se puede entender la victoria electoral del candidato Trump en las últimas elecciones presidenciales, apoyado por grupos racistas y religiosos.

Los orígenes de la emigración están sin duda relacionados con la carencia de oportunidades, la inseguridad y anarquía que impera en el país. Relacionado con esto es necesario remontarse a la década de los 80 cuando la región se vio involucrada en la guerra encubierta contra el comunismo internacional en Nicaragua. En ese tiempo se introdujeron grandes cantidades de armas y se entrenó a muchísimo personal en las artes de la guerra irregular, impulsado por la política exterior del presidente Reagan. Al término del conflicto, estas armas quedaron a la disposición de personas que las negociaron con grupos que posteriormente son los que han manejado el paso por la región de la droga originada en Sudamérica y con el crimen organizado que ha participado en negocios ilícitos de toda índole. Vale decir, el crecimiento del consumo de drogas ilegales en EE UU ha sido fuente de recursos financieros para estos grupos a través del tiempo y los ha convertido en adversarios muy poderosos para los gobiernos, en general, mal preparados para este tipo de lucha.

Estos son los orígenes de la inseguridad que vivimos en la actualidad y uno de los motivos principales para que muchos hondureños emigren. EE UU mismo tiene un papel protagónico y una dosis de responsabilidad directa importante en lo que en la actualidad es la emigración ilegal.

También es el hecho que sucesivos gobiernos nacionales, con algunas excepciones, han sido incapaces de coartar el crecimiento de estos grupos de crimen organizado en el país y de crear oportunidades necesarias para mejorar la vida de las personas que desincentiven la emigración. En contraste, se percibe un aumento en la corrupción tanto pública como privada con el consiguiente derroche de los escasos recursos financieros y la ayuda externa. No podemos asignar la responsabilidad de nuestros problemas únicamente a factores externos.

Si bien la inseguridad, inestabilidad, pobreza y la falta de oportunidades son motivos importantes que llevan a los hondureños a emigrar ilegalmente, también hay otros factores que entran en juego, como ser el efecto demostración de los hondureños que han emigrado en el pasado y ahora viven en EE UU.

La solución del tema de la emigración ilegal y sus causas fundamentales se cruza, y es consistente, con los principales retos para el desarrollo de nuestro país. Para nosotros, la mejor manera de prevenir la migración ilegal es invertir de forma consiste en mejorar las condiciones de vida de las personas a través de crear esperanza de una vida mejor dentro de nuestras fronteras. Para EE UU la mejor manera de proteger sus fronteras es seguir apoyando con firmeza los esfuerzos por el fortalecimiento del estado de derecho en CA y haciendo mayor esfuerzo por resolver decididamente el problema del consumo interno de drogas.