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A propósito de despropósitos

Sobrevivimos en permanente zozobra sin saber que pasó, pasa o pasará. Aumenta la mortalidad, no por ciclo vital, sino por inseguridad. Ningún gobierno cumplió la responsabilidad de garantizarla como derecho constitucional. Cobardía, incapacidad, colusión. Quieran o no, digan lo que digan, nieguen y distorsionen JOH es el único que ha combatido la delincuencia común, maras, crimen organizado, consumo y trasiego de drogas. ¿Quién más?

Ese propósito requiere más empeño y contundencia de las autoridades judiciales, civiles y militares para disminuir el accionar delictivo de quienes operan hasta ahora sin temor, porque las sentencias no corresponden a la gravedad del delito. Justicia temerosa.

Urgía tipificar como terrorismo todo lo que nos aterroriza como colectividad, que se publicita con fotografías dramáticas sin respeto humano a las que penosamente estamos acostumbrándonos.

Se hacen alegatos apátridas, escritos para que la oposición juegue enchute sin posición cívica sino cínica y ataca al ejecutivo en total despropósito sectario irracional para mantener la barbarie que les sirve para acusar al gobernante de incapaz y dictador. Cuando ellos fueron no fueron ni su sombra. Y siguen.

Por primera y única vez estoy totalmente de acuerdo con Manuel Zelaya Rosales cuando asegura: “En este país no hay justicia”. Cierto, siendo él un violador de la ley debe callar sus insolentes despropósitos, porque si tuviéramos justicia estaría preso por lo que hizo, dejó de hacer y hace. Es parapeto patológico por donde se le busque, que debe, aún hay tiempo y razones, ser juzgado y sentenciado. Tiene que ser requerido por sus inaceptables yerros imprescriptibles, antes que nos perjudique más con su vocación anarquista. ¿Por qué callan el presidente de la CSJ y el fiscal general del MP? El silencio es corrupción.

Ojalá la madurez ciudadana convenza a la inmadurez política. Pensemos en nuestras familias, colectividad y futuro de nuestra patria, aprobando aleccionadoras sanciones para quienes nos quitan tranquilidad y vidas. Los despropósitos politiqueros perjudican. Irremediablemente.

Por inseguridad y desempleo hay migración. Miles de compatriotas han sido repatriados en los primeros meses de este año y ya tenemos otro despropósito con las desafortunadas declaraciones del embajador de Honduras en Washington que lapida a la comunidad en riesgo de deportación, asegurando: “en Estados Unidos no ha habido absolutamente ningún cambio, solamente están ejecutando lo que siempre debieron hacer”. Valiente funcionario aplaudiendo deportaciones. No olvidemos que lo bueno se alcanza por intermedio de lo mejor y el embajador no lo es y la canturrea con su despropósito a propósito. ¿A servicio de quien está?

Con la propaganda politiquera perdimos todo propósito de bien elegir diputados, alcaldes y gobernantes de sano juicio, probos probados, capaces e inteligentes para el bien nacional. El desastre populista es contaminante y progresivo, sin cura alguna porque no hay seso. Carpa de payasos, brincos, carreritas, hipócritas, rancheras, ensombreradas y sandeces. Espectáculo de penoso despropósito. Siempre ha sido un circo. Pésimo.

Ninguno con Honduras y sin debate de conocimientos para lograr consensos Libre, Pinu y Pac en contra del Partido Nacional y los Liberales culipandeados. Todos sin propuestas ni excusas inteligentes. Así no hay cambios. “Nada tan estúpido como vencer. La verdadera gloria está en convencer”. A propósito de despropósitos.