Cartas al editor

Sé productivo con listas de pendientes

Cuando estaba sacando mi maestría, creé mi primera lista de pendientes real. No era el tipo de lista de pendientes en la que escribes todas las tareas que tienes que entregar en una o dos semanas. Ya había hecho muchas de estas, que incluían todo lo que había estado postergando. Esta lista fue diferente.

No solo incluía proyectos para mis clases, sino también elementos personales, así como compromisos que tenía con otras actividades. Tan pronto como empecé a escribirlo todo, me quedé asombrada al ver lo larga que era la lista.

No me había dado cuenta de todo el trabajo que había estado posponiendo y que ni siquiera me pasaba por la cabeza simplemente porque no había tomado el tiempo para escribirlo. En ese momento aprendí una valiosa lección: si quería tener la más mínima y remota posibilidad de poder completar algo, primero tenía que escribirlo.

Cada vez que recuerdes que debes hacer algo, escríbelo de inmediato. La forma en que decidas recordar las cosas que se presenten durante el día dependerá de cómo manejes tu lista de pendientes. Algunas personas prefieren los medios digitales y otras se sienten más cómodas escribiéndolo a mano.

El método es irrelevante; lo importante es que el elemento pendiente aparezca en tu lista. Si tienes el tiempo, organiza tu lista de pendientes al final del día para el siguiente día. Si no has podido hacerlo antes, organiza tu lista de cosas por hacer antes de realizar cualquier cosa relacionada con tu día laboral.

Acomoda tus tareas por prioridad y asegúrate de que solo aparezcan en la lista las cosas que podrás hacer ese día. Si no puedes completar algo en ese mismo día, pásalo a otro momento en el futuro. Es importante no sobrecargar tu lista con tareas que no podrás completar durante el mismo día. Hacerlo te dejará con un sentimiento de gran frustración. Es mejor tener una lista realista y corta en vez de una heroica e imposible llena de tareas.