Cartas al editor

Después de alcanzar una meta

Las metas son un tema muy popular. Existen muchos consejos sobre cómo ponernos objetivos y después sobre cómo alcanzarlos. Sin embargo, se habla menos de lo que pasa cuando ya hemos llegado a nuestro destino.

Tal vez se deba a que el alcanzar nuestras metas no está garantizado. A pesar de esto, con tiempo y con suficiente esfuerzo y conocimiento llegarás al punto del éxito. Alcanzar una meta es una caja llena de aprendizaje, obtienes no solo un sentido de logro, sino también muchas lecciones valiosas. Tomarte el tiempo para reflexionar en todo lo que pasó puede ayudarte a sacarle más provecho a la experiencia completa.

A veces, llegar a una meta a largo plazo es algo muy alegre. Celebras y te sientes con gozo. Si este es el caso, disfruta de esos sentimientos de logro. Esos momentos en la vida no ocurren todos los días, y no deberías minimizarlos. Sin embargo, en otras ocasiones puede que sientas que el resultado de algo por lo que trabajaste muy duro no es tan especial. Hasta pudiera parecer anticlimático. Al final puede haber una sensación de vacío después de todo el trabajo, y hasta puede que te arrepientas del esfuerzo. Estos sentimientos son válidos y no cambian lo que has logrado. En retrospectiva, todo esfuerzo es emocionante y hace que la vida tenga sentido. Aunque a veces no lo sintamos así durante el proceso, el trabajo duro es parte de la diversión; le da tracción a la vida y se siente real.

Compartimos la vida con otros. Tal vez extrañes la sensación de trabajar duro para algo después de completarlo ya que te daba un sentimiento energizante. Desarrollar ese músculo de esfuerzo y usarlo es remunerador. Al permitirte reflexionar sobre el resultado de tu trabajo y lo mucho que has avanzado en tu carrera, aprenderás a sentirte realizado, a la vez que obtendrás la motivación necesaria para seguir adelante y empezar a trabajar en tus siguientes metas.