Cartas al editor

Encuestas de mal gusto

Comenzaron en nuestro país a difundirse las encuestas “chabacanas”, es decir, de mal gusto y hasta groseras con las que se pretende manipular a los electores.

No es algo nuevo en nuestro país. Esta mala costumbre data desde que volvimos al sistema democrático. Recuerdo que en 1989 un intrépido camarógrafo hacía las encuestas en las casas a donde solo se veía la bandera rojo, blanco, rojo y luego decía que ganaba ese partido en X o Y barrio o colonia, pero ese año el nacionalista Rafael Callejas ganó arrolladoramente. Otro se ponía de acuerdo con los “consultados” previamente para saber en qué punto de la peatonal estaban para hacer su “medición popular”.

Después aparecieron los “mercadólogos” que literalmente se viven a los precandidatos, sobre todo a los que se supone tienen más recursos para hacerles creer que ellos ganan en las preferencias del electorado. Varios políticos han sido timados. Las encuestas se han convertido en una especie de “rameras” que se venden al mejor postor.

Y en esta ocasión parece ser que el escogido es un político liberal que estuvo preso en Estados Unidos, a quien lo ven como alguien que viene forrado de billete para repartir a estos expertos en endulzarles el oído a los políticos. Pero usted no se deje sorprender por los medios de comunicación que como todos sabemos son especialistas en no decir la verdad y mentirle descaradamente a un auditorio que se le va reduciendo diariamente pues han perdido la credibilidad. Pero esto pasa hasta en los países más avanzados, si no habría que preguntarle a Donald Trump, que entregará su mandato este 20 de enero pero que se va creyendo que según las encuestas él era el favorito.

Al abogado Ramos Soto en su momento le ganó con gran diferencia su colega Carlos Roberto Reina y a la licenciada Gabriela Núñez el exrector Ing. Luis Zelaya Medrano la derrotó contundentemente en el 2016. En el Partido Nacional este 2021 Nasry Asfura barre con Oliva, aquí no hay encuesta que valga.

Entonces usted tome estas encuestas manipuladas como parte del circo político.