Cartas al editor

La música de hoy, ¿la peor? (II entrega)

Desde hace décadas la música que suele gustar a los jóvenes resulta totalmente abominable para sus padres y la mayoría de la sociedad en general. Con el trap no ha sido distinto, lo que ayer era un subgénero del hip hop, totalmente underground que cantaban cuatro dealers en Atlanta, hoy es un fenómeno de masas que nos ha dejado a todos perplejos por no decir algo peor. En cuanto a las críticas sobre el machismo y la misoginia presentes en este género musical, que están más que fundadas, hay que decir que absolutamente todos los géneros antes expuestos incurrieron en el machismo. El glam metal de Motley Crüe y Guns N’ Roses tiene unas cuantas canciones en las que la mujer es tenida por poco más que una muñeca inflable; igualmente sucede en géneros como la salsa o el tecno-merengue, incluso la ranchera puede acusarse de misoginia en no pocas ocasiones.

De manera que lo que hoy vivimos con el trap no es nuevo ni representa el fin de la civilización pero sí es algo muy alarmante. ¿Cómo vamos a condenar a un adolescente de 17 años por escuchar la basura que escucha? Después de todo vive en una sociedad que le dice constantemente a través de distintos medios que lo único que importa es su bienestar individual; es además bombardeado todos los días por mensajes con una carga sexual colosal y tiene a su disposición un catálogo infinito de gente teniendo sexo en internet.¿Por qué le va a importar lo que siente una mujer si desde todas partes parecen decirle que debe velar por su placer, por sus necesidades y que la mujer está a su disposición para conseguirlo? ¿Qué decir de una chica a la que se le ha transmitido que para estar en una relación romántica debe ser sumisa y complaciente? Por otra parte, ¿cómo captar la atención de un adolescente si todo pareciera estar dicho y si nada parece ya impresionarlo?

Así pues, el trap es una consecuencia de una sociedad decadente cuyo único propósito es entregarse a sus placeres. Al final, el tiempo será el que se encargará de poner cada cosa en su lugar.