Cartas al editor

Soberanía alimentaria enfermiza

A todas esas largas colas en Tegucigalpa y otras ciudades de Honduras, para abastecimiento de alimentos, artículos de aseo y medicamentos. Se unen los mercados repletos y las miles de personas que, unas muy cerca de otras, transitan por calles y avenidas y constituyen el reservorio perfecto para que se dispare el contagio del coronavirus.

El alza de precios de la canasta básica en los productos como: las naranjas, los mangos, las ciruelas, los tomates, las cebollas, los frijoles, los huevos, el pescado y el café o la carne de res, de cerdo y leche de vaca.

Antes de que el coronavirus tomara tierra en Honduras, la situación ya era dramática.

Una parte de los insumos de la canasta básica ya eran casi inalcanzables, aquí como en otras naciones latinoamericanas donde se está luchando contra la pobreza, el hambre y ahora contra el contagio del coronavirus.

El gobierno hondureño “está ejecutando” una serie de medidas dirigidas principalmente al fortalecimiento de la producción, a la ampliación de los programas de protección social, así como al control del funcionamiento de los mercados.

Para colmo de males no tenemos agua y en las pulperías todo está más elevado.

Mi cédula de identidad es de terminación ocho, según la programación me tocaba salir los viernes, pues un viernes de estos sujetos a medidas de control y cumpliendo con las medidas de bioseguridad recomendadas por las autoridades, tuve que salir para abastecerme y tratar de que a mi familia no le faltaran los alimentos y medicamentos, cuando estaba a la altura de la entrada de la colonia Kennedy vi en las calles y avenidas de la ciudad a muchos en las calles pidiendo un lempira para comida, automáticamente se me vino a la memoria una pregunta: ¿y los 2,200 millones que el gobierno dilapidó dónde fueron a parar?, muchas familias aún no han recibido las bolsas solidarias prometidas por el Gobierno de Juan Orlando Hernández, no hay ni soberanía ni seguridad alimentaria, muchos no tienen qué comer.