Cartas al editor

La fuerza más fuerte de todas

La fuerza más fuerte de todas es un corazón inocente (Víctor Hugo).

Cada nueva crisis económica que afecta el país se acumula a la situación de pobreza en la que ha vivido la población en Honduras y trae como consecuencia un mayor deterioro en las condiciones de vida de los niños. Los niños de la calle se tratan en su mayoría de personas del sexo masculino, aunque el número de niñas aumenta notablemente, sus edades fluctúan entre los 5 a los 16 años, con algunas excepciones de jóvenes entre los 17 y los 20 años.

El hecho de que existan niños viviendo en la calle no es un fenómeno reciente, desde la antigüedad aparentemente estuvieron relacionados con la prostitución de jóvenes en la Roma de Augusto y, pocos siglos después, motivaron que un concilio eclesiástico declarase respecto a los niños abandonados. Hay una queja generalizada de que en estos días están más expuestos a los perros que a la amabilidad.

Existen miles de niños de ambos sexos que viven en las calles de las ciudades de América Latina. La mayoría de estas ciudades casi no cuentan con ninguna ayuda a largo plazo para estos niños. Este no es un problema nuevo para América Latina, pero en Honduras no existían estos niños hace 30 años. Por ser un problema relativamente nuevo, el gobierno ha respondido lentamente. La mayor parte de la sociedad piensa que estos niños constituyen algo vergonzoso, no bueno, y que nunca pueden cambiar.

Cuando hablamos de niños o jóvenes en la calle lo primero que nos viene a la mente es delincuencia. ¿Por qué será? Es cierto que muy poca gente trata con estos individuos que habitan por doquier -en las esquinas de las calles, en las afueras del cine, en las plazas, etc.-, pero en si no nos tomamos la molestia de poder observarlos de cerca, lo que viven, lo que sienten, lo que les pasa cuando son buena gente; el problema es que no tuvieron una buena orientación, es por eso que existe el desacuerdo entre la sociedad con estos sujetos callejeros y tanto unos como otros se ven de mala gana..