Cartas al editor

¿Es el PN corrupto?

Si usted lee los estatutos o si vista la sede ubicada en el paseo El Obelisco de Comayagüela, notará que no hay ningún párrafo o un rótulo que diga: “Para ser nacionalista se requiere ser corrupto por nacimiento o por convicción, aquí se aceptan fondos de dudosa proveniencia para financiar campañas políticas”.

Entonces el Partido Nacional por su razón de ser, en definitiva, no es corrupto, como tampoco lo debería ser ningún otro instituto político. Lo hemos dicho antes, “las instituciones no son corruptas ni delinquen, son las personas naturales las que lo hacen”. En la actualidad los militantes del partido de la estrella solitaria están avergonzados, y en la víspera de su Convención, que se llevará a cabo este 29 y 30 de noviembre en Danlí, así deberán expresarlo los que se autodenominan “buenos cachurecos”, pues dos expresidentes, y el actual, más otros de sus miembros que llegaron al poder de la nación mediante la “utilización” del partido que fundó el 27 de febrero de 1902 Manuel Bonilla, han sido cuestionados por actos reñidos con la ley, y lo peor es que los cometieron en el ejercicio de cargos a los que llegaron con el respaldo y la confianza que en ellos depositaron miles de nacionalistas.

Los niveles de corrupción son para Ripley, nunca antes se habían visto, entonces sí hay por qué sentirse avergonzados y traicionados por estos “líderes” que se burlaron y aprovecharon de la nobleza de los cachurecos.

El partido, si es que sus autoridades actuales aún tienen dignidad, no debe prestarse a ser alcahuetes de nadie, deben iniciar un proceso de expulsión de estos miembros que han sido cuestionados e iniciar una depuración y renovación de sus filas. La Juventud Nacionalista es la llamada a realizar este cambio y desplazar a una generación obsoleta de “políticos” que con el tiempo, al igual que los zorros, solo han perdido el pelo y ahora pintan canas pero que no han perdido las mañas que heredaron de una clase política que debe recibir un voto de castigo en las próximas elecciones. Y nadie que no renueve y depure al Partido Nacional de Honduras debe ser su próximo candidato. Para no continuar con la misma papada.