El número exacto de personas es difícil de calcular, pero una marcha tan multitudinaria como esa pone a temblar a cualquier gobierno.
Los chilenos se hicieron escuchar.
El gobierno chileno no tuvo más opción que atender el pedido del pueblo, las voces del pueblo, que por lo general nunca son escuchadas.
Esta vez se hicieron escuchar y lo hicieron a lo grande y nos dejan un ejemplo de civismo y unidad a los demás países de América Latina. Lo que Chile está viviendo en estos días es algo inesperado, parecía que Chile era uno de los países más estables del continente.
Lo que sucede en Chile debe servir de lección para la clase política y empresarial de nuestro país, los problemas de Honduras son muchos, las dificultades de nuestro pueblo son incontables, la situación en nuestro país es tan delicada que si no se le pone atención inmediata en cualquier momento se puede salir de control, y los resultados pueden ser graves y alarmantes.
Realmente es impresionante el aguante que tiene el pueblo hondureño, históricamente nuestra gente ha sido mal gobernada y ha aguantado en silencio, con valentía pero en silencio, aguantando las ganas de gritar, conteniendo en el pecho la ansiedad y la frustración de ver que unos pocos se enriquecen a costillas de un pueblo que sufre las calamidades consecuencia de los políticos corruptos y poco éticos, que sin pensar los efectos, han hundido la patria que les concedió el honor de servirle y han traicionado al pueblo que los eligió, han deshonrado el juramento que hicieron ante la patria y ante Dios, pero qué saben ellos de juramento y de honor cuando lo único que les importa es el dinero, lo único que les interesa es llenar sus bolsillos.
