Cartas al editor

Roberto Acosta Zepeda

Conocí a Roberto Acosta Zepeda en 1990, cuando como procurador de un bufete legal lo cité para que hiciera un pago que le debía a una empresa, luego de conversar con él por teléfono, puntualmente llegó a la cita, me explicó el porqué de su atraso y pactamos un plan de pago que él cumplió a cabalidad, pero lejos de molestarse -como otros lo hacen cuando son requeridos para un acuerdo extrajudicial-, Acosta siempre tuvo un buen carácter, jovial y humilde. Un día llegó al bufete y me dijo: “Lic. Espinal, usted me ha impresionado pues aunque es una persona joven lo veo bien responsable y diligente, ayúdeme a recuperar una mora que tienen conmigo unos clientes de mi empresa”. Hicimos una amistad, pues nos mirábamos con frecuencia en el centro de Tegucigalpa. Luego de un tiempo mi vida tuvo un giro inesperado cuando ingresé a trabajar en los medios de comunicación por órdenes del Dr. César Castellanos (QEPD), ministro de Salud en el gobierno de Rafael Callejas, y que años más tarde también se convirtiera en alcalde y virtual próximo presidente, quien me pidió que le creara y produjera un programa de televisión que se llamó “Todos por la salud”, en cual, ya siendo alcalde Roberto Acosta, lo invité en diferentes ocasiones para abordar temas relacionados con la higiene en los mercados y la amenaza latente del sida en los prostíbulos de la ciudad, de hecho parte de sus declaraciones que vertía en el programa yo las utilizaba para promover mi programa, pues era la máxima autoridad de la capital. Pasaron los años y la última vez que lo saludé fue en un banco, ya en el año 2001. Ese día yo vestía una camisa roja, se me acercó y me dijo: “Hola Lic. Pucha usted, ¿cómo hace? Pasa el tiempo y yo lo veo igualito, y le luce el color rojo”, y se rió. Yo le respondí: “Pero también usted se conserva, claro, como practica karate”. Entonces él me dijo: “No, que va, si a mí ya se me cayó el pelo”. Ambos nos reímos. Así fue Roberto Acosta Zepeda, una persona sincera, positiva y humilde. De esa forma lo recordaremos siempre. Mi sincero pésame a sus familiares y amigos.