Cartas al editor

Catástrofes 'naturales”

Las catástrofes mal llamadas “naturales” no afectan ya solamente zonas geográficas tradicionalmente conocidas por sus fenómenos climáticos extremos. Hoy, las cuatro estaciones de los climas templados se ven alteradas en todo el mundo.

Países desarrollados y ejes del poder económico y político mundial están experimentando también estos daños. En algunas zonas rurales de los países empobrecidos como el nuestro, se está dando un fuerte activismo ecologista impulsado por otro modelo de lo que es la calidad de vida y, sobre todo, por la desesperación de quien todo lo pierde: sus tierras, su cultura y hasta su vida.

La resistencia heroica de la población campesina a los proyectos extractivistas de minería y de monocultivos transgénicos es hoy una referencia para el ecologismo. Estamos ante la crónica de una muerte anunciada: la de la Naturaleza. Los medios de comunicación siguen hablando de “desastres naturales” y tratando de acompañar siempre tales noticias con alguna referencia a fenómenos similares ocurridos en un pasado remoto, cuestión de que no sean entendidos como manifestaciones de un peligroso cambio climático global generado por un modelo tecno-económico irresponsable.

Hay que reconocer que son las mujeres pobres del llamado “corredor seco” las primeras víctimas de la destrucción del medio natural y de sus medios de vida. Los recursos naturales son consumidos sin atender a la posibilidad o imposibilidad de su renovación.

El expolio no tiene límites en aquellos países en los que la población carece de poder político y económico para hacer frente a la destrucción de su medio natural. Las mujeres rurales hondureñas que viven en una economía de subsistencia han visto su calidad de vida disminuir trágicamente con la llegada de la explotación “racional” dirigida al mercado internacional. Si antes disponían de leña junto al pueblo, ahora deben caminar kilómetros para encontrarla. Esa es la modernización que les llega. ¡Viva Honduras!