Cartas al editor

No se trata de lástima

Es posible que a diario nos encontremos con personas con discapacidad en los diferentes ámbitos donde nos desenvolvemos.

Tal vez mientras recorremos algún centro comercial, en un supermercado, al cruzar la calle, o quizá, un amigo o conocido tenga familiares con algún tipo de discapacidad, tal vez sensorial, física, cognitiva o intelectual. ¿Cuál es el trato que les damos? ¿Acaso los quedamos viendo más de lo normal? ¿Tal vez lanzamos miradas colmadas de lástima, rechazo o incomodidad?

En Honduras, para el año 2002 se contabilizan 177 mil personas con discapacidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Desgraciadamente, al no haber cifras más recientes, no podemos cuantificar cuántas personas con discapacidad hay actualmente en el país. A pesar de las leyes y programas que el gobierno ha implementado, la realidad es otra. Cientos de personas con discapacidad aún no tienen acceso a servicios de calidad como la salud, la educación, recreación, accesibilidad al transporte, y mucho menos oportunidades laborales.

Es un hecho que la información sobre el tema es limitada, sin embargo, es importante que entendamos que todos y todas gozamos de los mismos derechos. Como sociedad, no existe una verdadera inclusión.

Esta inicia en cada uno de nuestros hogares, conociendo la terminología correcta para referirnos a las personas con discapacidad, y estando conscientes de que merecen nuestro respeto y trato igualitario.

La sociedad y cada uno de quienes la conformamos debemos sensibilizarnos. Debemos eliminar la brecha sociocultural, la discriminación y el mal trato que existe hacia las personas con discapacidad. No se trata de tener lástima ni de compasión, se trata de amar a nuestro prójimo. Se trata de que el Estado garantice igualdad de oportunidades para todos. Sobre todo, se trata de que como sociedad aprendamos que todos merecemos calidad de vida y un espacio digno en el mundo.