Cartas al editor

Educación de calidad

El desarrollo de las prácticas para comprender las diferencias humanas, interesadas en estimular las instituciones educativas y el mismo acercamiento de la mercantilización de la educación escolar, están movilizando situaciones marginales para los otros excluidos por las seudodiferencias.

Cada línea está quebrada y sometida a variaciones de dirección (bifurcada ahorquillada) y apunta que nuestra sociedad debe buscar la inclusión educativa, es decir, la posibilidad de una educación de calidad para todos y todas los niños, niñas y jóvenes, sin discriminación alguna por capacidad, género, condición social, creencia, etnia, entre otras, garantizando a cada uno acceso, permanencia, aprendizaje y participación en el escenario escolar y en la sociedad en general. Una apuesta de tal envergadura solo es posible alcanzarla a través de la sensibilización y formación. Se han desarrollado una serie de críticas profundas del modelo de dominación e intervención dentro de la educación superior o escolar de todas las naciones de Latinoamérica, cuya matriz resulta de una política gubernamental ajustada a las demandas del neoliberalismo global. El desenlace de este conflicto educativo, tiempos otros sin duda, constituirá un aporte importante para la comprensión de similares conflictos en el continente. En Este contexto, el esclavo, decía Hegel con razón, lo es porque no se sabe a sí mismo. Es difícil saberse a sí mismo en una sociedad que le niega la cultura al pueblo; y esto es así cuando se privatizan y monopolizan los servicios de la educación, tarea que durante siglos ha recaído en el Estado. La educación de nuestros hijos debe ser una misión coherente de este gobierno y los venideros. Para cumplir con la misma, sin duda hay que dejar a un lado las miríadas de exigencias burocráticas, las revoluciones del mundo económico, y no digamos del teatro político. Es imperativo categórico convertirse en artífices de la propia vida de esta sociedad, anticiparse al futuro y ganarles la mano a los desafíos de nuestro país. Nos toca elegir las mejores posibilidades con vistas a nuestra realización intelectual, cultural y tecnológica.