La pérdida de un ser querido a causa de la violencia, haber presenciado un homicidio o vivir en un ambiente de zozobra en zonas controladas por grupos criminales son factores que perjudican la salud mental de cientos de hondureños.
Ante la situación, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) y el Hospital Mario Mendoza pidieron a las autoridades gubernamentales abordar la gravedad de los efectos de la violencia en la salud mental de la población. “Estamos haciendo una exhortativa a la necesidad de puntuar en el trabajo de salud mental, de abordar la violencia como un problema de salud que vincule instituciones como la Secretaría de Seguridad y Salud. Esta es una tarea que corresponde al Estado, debe haber una atención de la institucionalidad a los efectos de la violencia en los ciudadanos”, según Diana Medina, directora de Seguridad y Justicia de la ASJ.
El problema de la violencia está derivando en efectos negativos sobre la población y ya repercute en una afectación de la salud pública. Diversos centros sanitarios reportan atenciones a pacientes con padecimientos como ansiedad, estrés postraumático y sintomatología depresiva. En la mayoría de los casos, los grupos vulnerables niñez y mujer son los más afectados.
De acuerdo con estadísticas del Ministerio Público (MP), entre 2015 y agosto de 2018 recibió 27,771 denuncias por delitos de violencia hacia la mujer, entre ellos delitos contra la libertad sexual, la vida e integridad física. Durante el mismo período, el MP reporta además 9,938 denuncias por lesiones, maltrato por transgresión y delitos sexuales.
