Rapiditos. Quienes en un abierto irrespeto a la vida de los usuarios del transporte urbano conducen “como locos” en las estrechas calles y avenidas de Tegucigalpa, siendo común verlos “peleando línea” con sus compañeros de trabajo sin que la Policía de Tránsito haga algo por regular esta mala práctica, que causa muchas desgracias.