El presidente estadounidense, Barack Obama, el próximo domingo visitara por segunda vez al país de la India, donde será recibido con honores por su nuevo aliado, el primer ministro Narendra Modi, considerado un paria por Washington hace tan solo un año.
Además de celebrar entrevistas bilaterales, ambos dirigentes hablarán ante un grupo de empresarios, participarán juntos en un programa de radio y concurrirán el lunes al desfile militar del 'Día de la República' para mostrar sus convergencias. Obama será el invitado de honor de dicho desfile.
'Para el presidente Obama, ser el primer mandatario estadounidense invitado de honor (a este desfile) constituye un importante mensaje al mundo', afirmó Ben Rhodes, consejero adjunto de seguridad nacional.
'Esta relación tiene un potencial extraordinario', agregó.
No se prevén grandes anuncios políticos durante esta visita, pero se está elaborando un acuerdo para usar en común datos de inteligencia y podría concluirse otro acuerdo para reforzar un pacto de cooperación.
'Reforzar nuestros vínculos con Estados Unidos es indudablemente benéfico para nuestro país', declaró a la televisión el ministro de Defensa indio Manohar Parikar.
El programa de la visita de tres días de Obama ilustra su voluntad de tener las mejores relaciones posibles con Modi, quien fue recibido el 30 de septiembre en el salón oval de la Casa Blanca, un encuentro que no tenía precedentes.
'Se trata, sin lugar a dudas, de un momento decisivo en la relación entre Estados Unidos e India', declaró el embajador estadounidense Richard Verma el miércoles en Nueva Delhi.
El 'amigo' Obama
La elección en mayo de 2014 de Modi parecía complicarle las cosas al gobierno de Washington, que había prohibido a este nacionalista hindú viajar a Estados Unidos.
Así, en 2005, Estados Unidos rechazó otorgar una visa a Modi tras las masacres antimusulmanas de 2002 en el estado de Guyarat, entonces gobernado por el actual primer ministro. La actuación de Modi se puso en tela de juicio ante la inacción de las fuerzas de seguridad.
No obstante, el predecesor de Verma en India puso fin en febrero al boicot contra Modi, al viajar a Guyarat cuando la victoria electoral del hoy jefe de gobierno parecía segura.
Desde entonces, la transformación de la relación bilateral ha sido espectacular y se ha reforzado con las convergencias entre ambos dirigentes en varios temas.
Así, Estados Unidos e India también habían tenido algunas fricciones durante meses a raíz de la aplicación de un Acuerdo de Facilitación de los Intercambios (TFA), considerado el acuerdo de liberalización comercial más importante del mundo firmado en los últimos 20 años.
En noviembre, ambos países anunciaron que habían resuelto sus discrepancias sobre las subvenciones agrícolas indias, un avance crucial para la aplicación del TFA.
También en noviembre, Obama aceptó la invitación de Modi para recibir a 'un amigo' en India realizada por Twitter.
La semana pasada, el secretario de Estado norteamericano John Kerry calificó a Modi de 'visionario'.
Según Verma, los intercambios bilateral son del orden de los 100.000 millones de dólares al año, cinco veces más que hace diez años.
Tras décadas de tensas relaciones, Washington y Nueva Delhi se habían acercado de modo espectacular, sobre todo bajo la presidencia de George W. Bush (2001-2009).