'La embajadora está abandonando nuestro país', dijo el jefe de la Policía Boliviana, Antonio Montero, a un canal de televisión. 'No se ha registrado ningún incidente, todo se desarrolló con normalidad', agregó.
La presidenta interina Jeanine Áñez declaró el lunes 'personas no gratas' a la embajadora de México, María Teresa Mercado, a la encargada de Negocios de España, Cristina Borreguero, al cónsul español, Álvaro Fernández, y al grupo de 'presuntamente diplomáticos encapuchados y armados' envueltos en el incidente del pasado viernes.
Dijo en una declaración de prensa en el presidencial Palacio Quemado que ellos 'han lesionado gravemente la soberanía y la dignidad del pueblo y del gobierno constitucional de Bolivia' y ordenó que 'abandonen el país en un plazo de 72 horas'.
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En la residencia mexicana, situada en un exclusivo barrio al sur de la ciudad de La Paz, se encuentran de nueve a diez excolaboradores de Morales desde que éste dimitiera el 10 de noviembre, tras casi 14 años en el poder, luego de una convulsión social por las elecciones generales del 20 de octubre, declaradas fraudulentas por observadores internacionales de la OEA.
Entre los asilados están los exministros Juan Ramón Quintana y Wilma Alanoca, con órdenes de detención, y otros bajo investigación. Todos están denunciados por los delitos de sedición y terrorismo, por lo que La Paz les niega salvoconductos para salir del país.
El gobierno boliviano denunció que la encargada de negocios y el cónsul de España llegaron a la embajada de México, junto con personal 'encapuchado y presuntamente armado' de seguridad, con el objetivo de evacuar al exministro Quintana, brazo derecho de Morales desde que llegó al poder en 2006.
Las relaciones de Bolivia con México están deterioradas desde que el gobierno de López Obrador decidió darle asilo a Morales y a sus allegados. Bolivia protestó que este país le haya permitido tener actividad política pública.
El expresidente de 60 años, amigo de Venezuela y Cuba, se trasladó luego en diciembre a Argentina para pedir refugio, donde no ha cesado su labor política, motivando también la protesta de La Paz.