España pagó un muy alto interés por colocar 3,000 millones de euros en deuda a corto plazo, debido a la extrema tensión de unos mercados insensibles a la victoria electoral del derechista Partido Popular, cada vez más presionado para que anuncie ajustes con rapidez.
Esta tensión se debe esencialmente a la crisis de la deuda en la Eurozona, pero España, que el lunes tuvo que intervenir un nuevo banco en apuros, tiene cuestiones económicas por resolver, como le recordaron la canciller alemana Ángela Merkel y las agencias de calificación Standard and Poor’s y Fitch.
Ayer, el Tesoro español emitió 2,978 millones de euros (unos 4,025 millones de dólares) en deuda a tres y seis meses, pero para ello tuvo que pagar un interés en fuerte alza.
En comparación con la última emisión a corto plazo, efectuada el 25 de octubre, el interés de las Letras del Tesoro a tres meses se vio duplicado, a 5.110% (frente a 2.292%). El interés de la deuda a seis meses también aumentó sustancialmente, a 5.227% frente a 3.302% un mes antes, informó el Banco de España.
España se encuentra desde hace unos 15 días bajo una creciente presión de los mercados, que la victoria por amplia mayoría absoluta del conservador Partido Popular (PP) en las elecciones legislativas del domingo no logró calmar.
Prueba de esta atmósfera de desconfianza, la prima de riesgo -la diferencia entre lo que debe pagar España por su deuda a diez años y lo que paga Alemania, referencia de la Eurozona- permanecía en un nivel muy elevado, de 466 puntos, tras haber batido récords la semana pasada.
Tras haber perdido 3.48% el lunes, la Bolsa de Madrid volvió a caer ayer, un 1.45%, pasando bajo el umbral de los 8,000 por primera vez desde septiembre.
Los expertos coinciden en señalar que ahora ya sOlo una acción europea puede calmar la tempestad que agita a España y a la Eurozona.
“Está claro que los cambios políticos a nivel individual no valen de nada”, afirmaban ayer los analistas de Bankinter. “Si además tenemos en cuenta que el BCE se muestra muy reticente a la compra de bonos, la pelota está en las instituciones europeas a nivel global”, agregaron.
Presión externa
Pero España también debe tomar medidas, como recordó ángela Merkel, en una carta divulgada ayer, en la que felicitó por su victoria electoral al líder del PP, Mariano Rajoy.
“Usted recibió un claro mandato para decidir y aplicar rápidamente las reformas necesarias en este periodo difícil para España y Europa”, escribió la canciller.
El mismo mensaje transmitió la agencia Fitch, que ayer mantuvo la nota “AA-” para la deuda española, el cuarto mejor nivel de su calificación, pero la acompañó de una perspectiva negativa, lo que significa que podría verse rebajada a medio plazo.
Fitch llamó asimismo al próximo gobierno a tomar “medidas adicionales para alcanzar los objetivos de déficit fijados en el actual programa de estabilidad”.
El objetivo anunciado del ejecutivo español es reducir progresivamente el déficit público, que en 2010 fue de 9.3% del PIB, hasta alcanzar 3% en 2013.
Standard and Poor’s también había hecho una advertencia similar el lunes, confirmando la nota española en “AA-” con perspectiva negativa al tiempo que afirmaba esperar próximamente medidas concretas del gobierno que formará Rajoy.
“Hasta que los inversores no conozcan de primera mano las intenciones del nuevo gobierno, la inestabilidad seguirá muy presente”, advierte la firma de corretaje Link Securities.
Desacuerdos entre Francia y Alemania por crisis
Bruselas.
Francia y Alemania, las dos mayores economías de la Eurozona, sacaron a relucir sus diferencias sobre el papel del Banco Central Europeo en la crisis de la deuda, mientras se mantiene una presión que deprimió las bolsas y obligó a España a financiarse más caro.
La canciller alemana ángela Merkel reiteró su oposición a que el BCE compre masivamente la deuda de países bajo presión, aseverando que “no funcionará de ninguna manera, en cualquier caso no a largo plazo”.
“Al cabo de un momento nos daremos cuenta de que lo que está en el balance del BCE deberá ser recapitalizado, y de nuevo tendremos que echar mano de los estados”, explicó. La canciller también dijo que le parece prematuro hablar de la creación de eurobonos para atajar la crisis de la deuda soberana en la Eurozona, una idea promovida por la Comisión, que presentará hoy sus propuestas.
El gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, se hizo eco de esta posición. Por el contrario, Francia intenta convencer a Berlín para que deje de un lado su ortodoxia monetaria y autorice al instituto emisor a comprar grandes cantidades de deuda a los países más frágiles, para hacer bajar los intereses exigidos.
El primer ministro francés, François Fillon, reconoció que convencer a Alemania de la necesidad de dar un papel más importante al BCE se ha convertido en “una gran dificultad”.