Ema Rosario Colque llevaba días desaparecida, su hijo había interpuesto la denuncia para dar con su paradero.
Lo único que se sabía era que la habían visto por última vez el mediodía del viernes 12 de junio. La mujer, una madre soltera de 49 años, vivía con sus tres hijos mayores de edad en el oeste de Buenos Aires.
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Tras la denuncia, la policía sospechó del entorno donde vivía la mujer por lo que entrevistó a los familiares directos de la madre desaparecida. Mientras lo hacía, el menor de los hijos, Daniel Ángel Alejandro Colque (20) contó espontáneamente que recordó que el día de su desaparición, había visto a un hombre hablando con su madre sentado en la mesa.
Dijo que luego escuchó ruidos y una discusión, por lo que se asomó y el hombre lo amenazó: le gritó “no digas nada o te mato”. Luego escuchó movimientos extraños en el fondo de su casa, pero no le dio importancia.
A los investigadores el relato les pareció inverosímil e incongruente, ¿que hijo va a ver que maltratan a su madre y no va a hacer nada?, se cuestionaron.
Tras el extraño relato, se dirigieron hacia el patio de la vivienda, acompañado por testigos. Hallaron tierra removida y avisaron que iban a realizar el peritaje correspondiente para saber por qué habían cavado allí.
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En ese momento, el joven confesó que había asesinado a su madre y la había sepultado en el fondo de la casa.
Inmediatamente fue detenido por las autoridades y se ordenó realizar la excavación del terreno. Según fuentes policiales, al examinar el cuerpo descubrieron que presentaba tres heridas de arma blanca: dos en la cabeza y una en el pecho.
De acuerdo, el expediente se sospecha que el autor del parricidio sufre alteraciones mentales. La denuncia de la desaparición la había realizado otro de sus hijos, de 25 años. Se desconoce, por el momento, las razones del crimen.
