Tegucigalpa

Un recorrido por la cultura, arte e historia de Honduras

Unos 400 alumnos de cinco centros capitalinos participaron en una marcha para prevenir la violencia.

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03.08.2013

Era la primera vez que Jason Trejo, alumno de la Escuela Manuel Bonilla, bailaba al ritmo de la caramba, las maracas y el caracol.

Pero no precisamente esos eran los instrumentos que sonaban en el auditorio, sino la célebre canción “En mi país”, del cantautor nacional Guillermo Anderson, un tributo a la tradición hondureña.

Así como el pequeño Jason, unos 400 estudiantes capitalinos disfrutaron ayer de los ritmos autóctonos con un banquete cargado de cultura y arte, sazonado con diversión.

La Secretaría de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) impulsó la actividad en aras de democratizar el acceso a la oferta cultural del país, informó su titular, Tulio Mariano Gonzales.

Los alumnos de las escuelas República de Argentina, Bessy Watson de Reina, República de Francia y Manuel Bonilla tuvieron el privilegio de participar en el programa.

También se unieron la banda marcial del Instituto Alpha y la Escuela Nacional de Música, cuyos instrumentos amenizaron la caminata con la que los niños promueven la paz en la capital.

Recorrido por la cultura

La sed de conocimiento de los niños no se podía saciar con un monótono evento.

En ese sentido, los escolares recorrieron emblemáticos espacios que almacenan la memoria visual de Honduras.

Sin embargo, para esta ocasión la típica ruta de la caminata por la paz, que empieza del parque La Libertad hacia Real de Minas, se viró en otro sentido: a los pasajes de la antañona Comayagüela.

Es así que el Centro de Cultura y Arte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH) se convirtió en la primera estación del viaje.

En el recinto, las niñas y niños exploraron la historia del laborioso municipio y el desarrollo del principal centro de estudios universitarios.

Luego, con la marcha encabeza por la banda del Instituto Alpha, los escolares siguieron con su ruta cultural hacia el parque El Obelisco, un vestigio patriótico y monumento a la independencia.

El ritmo no se detuvo y la caminata continuó en dirección al anexo del Banco Central de Honduras (BCH), donde esperaba el plato fuerte de la actividad.

Festejo y aprendizaje

Las diversas salas culturales del monumental inmueble casi no dan abasto a la enorme curiosidad que brotaba de los infantes.

Los ojos de los pequeños se maravillaron con la variada colección de monedas y billetes, tanto en diseño como en historia, del Museo Numismático Ricardo Borjas.

Hasta ese momento, la jornada había sido nutrida, pero la fiesta cultural y artística apenas iba a estallar en el auditorio Tomás Calix Moncada.

“Me place darles la bienvenida. Es un orgullo tenerlos aquí, como parte del proyecto de democratización y difundir el mensaje con un granito de cultura”, expresó Ricardo Marichal, presidente del Comité Cultural del Banco Central de Honduras (BCH).

Marichal sostuvo que este tipo de programas incentiva a los infantes a visitar los museos y centros culturales, junto con sus padres de familia.

Al haber concluido el mensaje de Marichal, el auditorio se apagó, los reflectores enfocaron el escenario y una entretenida jornada formativa arrancó con la atención de los espectadores.

El grupo de danza folclórica Yax Kuk Mo fue el primero en avivar las emociones, con un baile al ritmo del tema “Chorotega”, de Rafael Manzanares.

El programa continuó con una exhibición dinámica de energía electroestática de parte del museo Chiminike.

El coro de niños la Escuela Nacional de Música puso el momento sereno, con la interpretación a capella de las piezas “Aleluya”, “Solideo gloria” y “Benedictus”.

La exaltación del público llegó cuando la canción “En mi país” sonó con fuerza en los oídos del infante público, por parte de la Banda de los Supremos Poderes.

Tampoco se puede olvidar la cómica presentación de mímica y más danzas que retrotraen a la época colonial.

Fortaleciendo la cultura

El ministro de la SCAD explicó que esta formativa actividad se organiza para complementar el programa de ajedrez y deporte que hasta la fecha ha llegado a 50 escuelas.

“Damos un paso hacia adelante para que puedan visitar dos museos en una caminata por la paz. Esta es una forma de prevenir la violencia”, amplió el funcionario.

Justo a esa ola de violencia que cada día enluta a las familias es que los niños le declaran la guerra con su paz.