Hondureños en el Mundo

El conmovedor testimonio de niño migrante hondureño de 14 años

'No tenía dinero. Cacé una guatusa y luego la vendí y me dieron 200 lempiras, pues con esos 200 lempiras salí de Honduras para acá'.

28.06.2014

Tegucigalpa, Honduras

“Yo de mi país salí con 200 lempiras, yo soñaba, yo siempre soñaba, que yo nomás cruzaba el río y ya estaba del otro lado”.

Con estas palabras inicia su relato un menor migrante hondureño que salió de Honduras con rumbo a Estados Unidos en una penosa travesía por Guatemala y México.

El menor se llama Brayan Duban Soler Redando y su rostro se puede ver a través de un video de Víctor Hugo Castillo, un periodista investigativo de televisión en Estados Unidos que visitó el Centro de apoyo a deportados e indígenas 'Senda de vida', en la frontera de México y Estados Unidos.

“Pues un día decidí yo en venirme para acá”, continúa el menor que luce una camiseta beige.

Pero como no tenía dinero, “me fui de cacería, a montear con mis perros, cacé una guatusa y luego la vendí y me dieron 200 lempiras, pues con esos 200 lempiras salí de Honduras para acá”.

Los 200 lempiras duraron poco y en Guatemala “tuve que pedir dinero para seguir pagando los autobuses hasta la frontera” con México.

“Ya llegando a la frontera Guatemala con México me cobraban dinero para pasarme en balsa de noche, ya como a las doce, pues yo no andaba dinero, esperé”, recuerda.

“Yo me quería cruzar de día pero estaban unos bolos bebiendo y pues mejor me pasé nadando a la una de la mañana. Entré a México, caminé cuatro días cruzando todas las aduanas, la migración. Venía y luego me metí por unos huertos donde hay plátanos y se vino una grande tormenta, cayeron cinco tormentas ese día”.

La lluvia caía y él iba corriendo 'pues la migración estaba a un lado. Le eché ganas para llegar a la dicha capital que dicen'.

Cuenta que 'en el camino a mí me maltrataban, yo le pedía ayuda pero ya llegando a México los mexicanos me ofendían. Decían que los hondureños a ellos les habían hecho daño'.

En su mente, él pensaba que 'ando solo y en vez de darme una palabra de aliento me tratan mal'.

Incluso, ante el maltrato y las penurias llegó a cuestionarse su salida de Honduras: 'Para qué me vine', pensaba.

Recuerda que 'me arrepentía, pero digo yo 'ya tomé esta decisión', y pues yo me vine para ayudar a mi familia, para sacarla adelante'.

Brayan tiene un hermano en Jalisco y dos en el Distrito Federal desde hace unos diez años, 'y no le han mandado ni un peso a mi mamá. Pues yo miro y digo 'qué bárbaros', no preocuparse tan siquiera por mi mamá'.

El niño hondureño tiene también una hermana en Estados Unidos que le ha ofrecido irlo a traer pero 'no sé todavía, pues yo lo que quiero es estar del otro lado para trabajar y ayudar a mi familia a Honduras'.

En Honduras quedó su hermano gemelo, 'Charlin Iván Soler Redando y hablo con él y dice que se quiere venir pero yo le digo que ya se saque de la mente eso porque no es tan fácil como yo pensaba. Tiene que vérselas uno'.

Ajeno a las masivas deportaciones de migrantes desde Guatemala y México, afirma que 'mi fe es en Dios y yo sé que me va ayudar para cruzar del otro lado'.

Aunque a veces, cansado de la experiencia que está viviendo, lejos de su familia y en su centro de albergue, 'me dan ganas de entregarme a Migración, pero dicen que si yo me entrego a Migración me van a encerrar hasta que tenga 18 años'.

Experiencias de horror

A sus 14 años, este niño migrante hondureño ha visto de cerca la muerte.

Cuando subió a 'La Bestia' en Tonala, Jalisco, México, 'miré los secuestradores, los mañosos, se subieron al tren y oí que dijeron 'aquí vienen estos catrachos, ya los vamos a secuestrar''.

Tuvo miedo y cuando el tren arrancó 'yo de volada me tiré, caí acostado, pero el tren no iba con toda su velocidad (...) dicen que acá arriba por un lugar que le llaman Chagüite a los catrachos sí los asaltaron, uno los volaron del tren, los mataron'.

Una de las experiencias más terribles fue ser testigo del fatal desenlace de una hondureña embarazada.

'Ya iba a parir y se cayó del tren y arriba venía su hermano. Cuando él corrió a hablarle ya la muchacha había fallecido, el tren la atropelló y perdió su bebé', dice con ingenuidad.

'Fue muy doloroso ver cómo una madre viene pa' ca así en esa condición, todo por buscar una nueva vida porque en Honduras está la delincuencia, está bien pobre Honduras, es mi país, pero es la verdad, la vida está tremenda en Honduras'.

De Tonala llegó a Reynosa junto a un trailero que le tomó cariño y le dio aventón. 'Me venía pasando como su hijo donde había (gente de) Migración'.

Cuando le preguntan por sus padres, el rostro se ensombrece, 'si yo los pudiera ver yo les diría que me perdonen, pero yo lo que quiero es verlos adelante, darle una vida mejor, ayudarle, ya que mis hermanos no lo ayudan (...), ayudarles a hacer su buena casita, darles lo necesario, yo lo que quiero es que estén bien'.

Con palabras que revelan un gran amor por sus padres, Brayan se muestra seguro de que los volverá a ver.

'Estoy bien tupido en mi mente, me pongo a pensar y en veces me dan ganas de regresarme, pero quiero darme ese privilegio de ayudar a mis padres'.

Si logra llegar a Estados Unidos 'yo sé que los voy a ir a visitar a Honduras y si no puedo cruzar ni modo, tengo que regresarme para atrás'.

No le recomienda a su hermano ni a sus amigos emprender su travesía porque 'yo por milagro de Dios estoy aquí con vida. No venía solo porque Dios venía conmigo'.

La mentira

Brayan cuenta que otros hondureños que han estado en Estados Unidos 'nos dicen que a nosotros como somos menores de edad los dejan pasar y luego los ayudan, entonces con esa idea nos vinimos, no sé si es que estamos engañados, no sé si es verdad'.

Para él, estar encarcelado 'sería lo más terrible de mi vida, y todo por salirme de mi lugar'.

No obstante, con mucha madurez para su edad, dice que si es deportado 'tan siquiera este testimonio lo voy a llevar para mis amigos que están igual a mí, pero lo voy a llevar allí, aconsejarlos cómo está la vida aquí, cuando uno se viene para acá'.

A los menores que pretenden migrar a Estados Unidos les dice 'que no lo hagan, mejor que se pongan a estudiar en Honduras porque yo sé que ese estudio les va a servir'.