Así lo consideró el presidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Luis Guifarro, quien manifestó que “lo que aspiraríamos es que pueda recibirse un flujo de inversión extranjera para que se pudiese en el país generar las oportunidades de empleo tan necesarias para que el hondureño mejore su calidad de vida”.
El desempleo es el principal problema en el país e implica un riesgo al no darse las oportunidades a la población que cada día busca opciones para subsistir a través de la migración irregular, aseguró.
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Guifarro conversó con EL HERALDO sobre las proyecciones de los principales indicadores económicos y los desafíos para el 2020.
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento económico para el país en este año?
La perspectiva es que vamos a cerrar entre 2.8% a un 3% el Producto Interno Bruto de 2019 y lo que se espera para el 2020 es más o menos que andará alrededor de un 3%.
La inflación meta que el Banco Central de Honduras ha estimado entre un 4% más o menos 1%, o sea que puede variar un 1% hacia arriba, en este caso el límite máximo sería un 5% o un punto porcentual hacia abajo que sería 3%. Los demás indicadores, el coeficiente de deuda, el déficit de la administración central más o menos se espera que tenga similar comportamiento.
En cuanto a los indicadores de inversión ahí sí hay un poco de problema porque todavía en el país no se despejan algunas incógnitas referentes al clima de estabilidad política.
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¿Cree que en este año habrá más inversión extranjera?
Creo que al cerrar el 2019 la única inversión que se dio fue en el sector de maquila, entre 300 a 400 millones de dólares y en lo demás se ha estancado.
Necesitamos que esa inversión venga a ubicarse en cuanto a la generación de proyectos nuevos, asentamientos de empresas, ya sea en el sector agrícola o industrial, que permita generar los empleos para que los hondureños tengan las opciones de encontrarlo y mejorar su condición de vida vía el ingreso que puede percibir.
¿Qué factores pueden afectar la competitividad de Honduras en la región?
La subida del ajuste tarifario por el costo de la energía que más o menos va a promediar un 2.9%, ese solo hecho sitúa a una economía hondureña que no resulta competitiva respecto al área porque ya se está situando el costo de la energía como de la más cara de Centroamérica.
Si a eso le añade el otro factor del traslado de operaciones de ciertas empresas por el tema tributario entonces ya tiene que la carga tributaria de Honduras es quizás la más alta de Centroamérica; entonces es otro factor que no vuelve competitiva a la economía nacional.
¿De qué dependerá mantener o mejorar la calificación de riesgo país en el 2020?
Va a depender primero de que demos algunos indicios o señales de que puede mejorarse el clima político en el país, si eso no mejora difícilmente podemos tener una mejoría en la calificación de riesgo. En los demás indicadores en el tema para constituir negocios, la corrupción después de la evaluación que hizo el Banco Mundial salimos tremendamente afectados.
Cualquier inversión relevante que se pretenda pensar para el país si usted tiene un índice alto de corrupción, eso se convierte en un factor de incertidumbre para el que quiera invertir.
¿Qué otros retos debe enfrentar la institucionalidad del país desde la perspectiva económica?
Como país estamos necesitados de avanzar, que podamos llegar a formación de consensos para mejorar el clima de tranquilidad y paz.
Tenemos que avanzar en mejorar el clima político, combatir la corrupción, disminuir el índice de impunidad, mejorar la inseguridad jurídica, simplificar los trámites administrativos y procurar un mejor bienestar a la sociedad.
