SAN FRANCISCO DE OPALACA, INTIBUCÁ.- La falta de recursos, entre otros aspectos que lindan con la extrema pobreza, ocasionó que una familia trajera en una caja de cartón, desde el interior del país, el cuerpo sin vida de un infante hasta Medicina Forense, en la capital.
Don Santos Cayetano Sánchez, abuelo del bebé, relató a EL HERALDO cuáles fueron las circunstancias en las que su nieto falleció. “El niño tenía cita en el centro de salud de Monte Verde, le iban a aplicar la vacuna contra el sarampión, el niño no presentaba nada más, sólo iban a aplicarle la vacuna”, dijo.
Además, contó que “en la tarde el niño comenzó con la lloradera, mamaba pecho, dormía un ratito y de ahí volvía a ponerse mal; a las 3:30 de la mañana (del jueves) tuvo el primer ataque y a las 4:00 se quedó como muerto”.
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Don Santos manifestó que avisaron al centro de salud de la aldea Monte Verde, en San Francisco de Opalaca, Intibucá, contestándoles que iban a llegar a verlo, pero nunca llegaron.
El bebé David Alexander Sánchez Lemus, de dos meses y 22 días de nacido, fue vacunado con la dosis contra el sarampión a eso de las 10:00 de la mañana del miércoles y expiró a las 4:00 de la mañana del jueves. “Creemos que eso fue lo que le afectó, porque el niño estaba bien”, recalcó el familiar.
Aseguró que quien le aplicó la inyección es un practicante de enfermería que llegó a ese centro de salud y que presumen que pudo haberle suministrado mal el medicamento, que llevó a la muerte a su nieto.
